Por Susana Vega López, (Enviada)
TEQUISQUIAPAN, Qro.- Aquí sobran razones para estar relajado, pues además de sus días soleados y aguas minerales, el Pueblo Mágico de Tequisquiapan es uno de los destinos más icónicos y conocido del estado de Querétaro porque sus calles conservan el encanto colonial queretano pero lo mejor: la tranquilidad que se refleja en el lugar, es su distintivo. Al sumergirse en las cálidas aguas se produce un estado placentero y son momentos de gran deleite.
En esta ciudad los fines de semana y las temporadas vacacionales son muy concurridas por los turistas que toman una pausa, un respiro para olvidarse de la ajetreada rutina, pues una caminata por sus calles empedradas, callejones o plazas públicas permite un cambio positivo en el estado de ánimo de los paseantes y más cuando disfrutan de la gastronomía y la cocina que aquí se ofrece como es la barbacoa de borrego preparada en horno de tierra, las gorditas de maíz, las enchiladas y el “mole fiestero” –elaborado con chiles y especies de la región diferente al que conocemos de otras entidades-, aunque son los quesos los que le dan identidad.
Fundada alrededor de 1551, entre la ribera de un río con sauces y sabinos, este pintoresco pueblo fue tierra de haciendas agrícolas, de barrios indígenas y de una intensa actividad religiosa que se hacía notar en sus templos. Hoy es un destino reconocido y visitado por cientos de miles de turistas al año, pues gracias a su oferta hotelera y de descanso aunado a las experiencias tradicionales para todos los gustos, se ha consolidado con el paso de los años como uno de los sitios predilectos de visitantes de los estados circunvecinos, pero sobre todo de la Ciudad de México.
La sensación de bienestar que deja es placentera y hay mucho por visitar. Se puede comenzar por recorrer los tres mercados dedicados a la venta de cestería, muebles, joyería y decoraciones: el Parador Artesanal (a un costado de la terminal de autobuses); el mercado Teques-qui-calli, en el que se ofrece artesanía nacional, y el mercado Telésforo Trejo con artículos variados para todos los gustos y presupuestos. Cabe señalar que Tequisquiapan es conocido por sus artesanías de vara, mimbre y ratán
Las Capillas de Indios Cruz Verde y Santa María Magdalena, delimitan a los dos barrios más antiguos del pueblo: el de San Juan y La Magdalena, donde se fundó la ciudad a mediados del siglo XVI. Estos templos sirvieron para evangelizar a los naturales de la región en la época colonial. Son hoy un vestigio de lo que se vivió en esa época.
Como parte de la cultura indígena asentada en estos barrios, en Tequisquiapan aún se conserva la tradición de las danzas prehispánicas que se realizan durante las fiestas patronales y en ocasiones especiales: Los instrumentos que se usan para la música son inspirados en las maneras de los antepasados.
Si algo define a Tequisquiapan son sus calles y plazas por lo que es recomendable caminar y dar un paseo por el Parque la Pila (sede anual de la feria Nacional del Queso y el Vino); por el Club de Leones (convertido en foro para eventos culturales); y el monumento carrancista al Centro Geográfico del país.
Pero sus balnearios y parques acuáticos de aguas termales son otro motivo para disfrutar este destino ya que poseen propiedades curativas. Se encuentran en el corredor entre este pueblo y Bernal, todos ellos con extensas áreas verdes, donde también se puede acampar y que permite se vivan experiencias inolvidables que se acrecientan con el disfrute de sus toboganes y albercas de olas para chicos y gente de todas las edades.
Los viñedos en este destino son tradicionales, por lo que está considerada la región como la segunda más importante en el país en producción de uva y vinos, por lo que hay visitas guiadas, pero es en la temporada de las vendimias –de julio a septiembre- cuando el turismo se hace más presente y en las fiestas que se realizan en cada uno de ellos, siempre son concurridas por lo que es una oportunidad para conocer una faceta más de Tequisquiapan.
Uno de sus productos turísticos es la Ruta Arte, Queso y Vino, en donde las casas productoras ofrecen sus especialidades a los turistas, pero para dar un toque distintivo le agregan actividades culturales que permiten que la degustación de las bebidas y los alimentos sea todo un acontecimiento.
¡Ah!, pero si algo faltara en la experiencia del viaje puedes hacer un paseo en globo aerostático, consentirte en un Spa que abundan en el destino, cabalgar por el pueblo o realizar un recorrido en cuatrimotos, pues las actividades no cesan y contrario a lo que pudiera pensarse, la tranquilidad del destino no se ve alterada con el bullicio que pueden ocasionar los visitantes.
En Tequisquiapan hay mucho por hacer y tan sólo a 15 minutos se encuentran las minas de ópalo en la comunidad minera La Trinidad en el semidesierto y donde puedes conocer el proceso de la extracción de esta piedra semipreciosa, desde su localización en las minas hasta su transformación en joyería.
Vale la pena una visita porque hay 63 hoteles para todos los presupuestos, restaurantes de comida variada y económica, pero lo más importante es que disfrutarás de un lugar extraordinario y peculiar atractivo.