Criminal desabasto de medicamentos en los sectores público y privado
Por Miguel A. Rocha Valencia
Una vez más señor Presidente López escribo para agradecerle que la escasez de medicamento se profundice, el que no sólo afecte a las instituciones de salud pública, sino también a quienes adquirimos medicinas en farmacias privadas, aunque sea similares y genéricos.
La escasez de medicamento se profundiza a tal nivel que algunos duplicaron su precio en el comercio privado y otros son objeto de acaparamiento ya que la situación no va a mejorar; en todo caso empeorará y los fallecimientos por su ausencia se harán más numerosos.
La explicación, señor presidente, es muy sencilla. Al no haber medicamentos en las instituciones públicas para tratamientos de enfermedades crónico degenerativas, como los diversos tipos de cáncer, miastenia, diabetes y demás, la gente va al sector privado a conseguirlos, aunque sean muy caros y esto genera desabasto y carestía.
El tema es que los laboratorios dejaron de fabricar grandes cantidades de fármacos ante la determinación del gobierno de no sacar las licitaciones, cancelar las compras a algunas empresas a la que usted señor López Obrador acusó de corruptas y les cerró la puerta.
Al hacer eso, las instituciones de salud pública agotaron sus reservas luego de casi ocho meses de no reabastecerse y en el sector privado, en la farmacia “de la esquina” dejaron de surtirse.
Hoy esos medicamentos imprescindibles, no existen en ningún lado y sufren la escasez o carestía quienes van al sector salud y quienes ni siquiera tienen IMSS, ISSSTE y ahora menos, Seguro Popular.
Y no se ve solución inmediata ya que la elaboración de medicamentos se hace con meses de anticipación como los retrovirales, anti cancerígenos o para el control de enfermedades crónicas.
Gracias señor presidente por los niños y adultos con cáncer que fallecen por falta de medicamentos; gracias por hacer que las medicinas suban casi al doble y otras desaparezcan de los anaqueles privados.
Eso nos hace muy felices y festejaremos ese hecho cuando con su suave voz nos deleite con su verdad con motivo del informe de gobierno. Le aplaudiremos y lo felicitaremos.
Para colmo, los diputados de Morena, lejos de sensibilizarse por lo que está pasando, se vuelven comparsas, lacayos del que manda y privilegian la “línea”, la orden antes que su responsabilidad para con la sociedad; no les importa que mueran niños y adultos, no se atreven a disentir y muchos menos a exigir.