Por Jesús Michel Narváez
Cuando leí las palabras de Luis Raúl González Pérez de que la CNDH encuentra apoyo fundamental en la actividad de las organizaciones civiles, que alzan la voz ante situaciones que, sin su ánimo y apoyo, hubiera sido difícil conocer o atender, me hicieron reflexionar cómo la sociedad civil vive callada, en silencio y eventualmente aparece en marchas, desde que la 4t inició la “trasformación del país”.
No se trata de ningún descubrimiento. Hay que recordar cómo se expresaba cuando candidato y ahora como presidente, Andrés Manuel López Obrador de las organizaciones civiles, a las que, como lo diría en Acapulco durante la Convención Bancaria de 2018, presumen de representar a la sociedad civil.
Al Presidente de la República no le han agradado nunca las Organizaciones no Gubernamentales. Remontarse al 29 de junio de 2004, cuando más de medio millón de mexicanos participamos en la Marcha del Silencio con la única consigna “Rescatemos México!”, desde el Ángel de la Independencia hasta atiborrar el Zócalo, no es ocioso.
Andrés Manuel López Obrador trabajaba como Jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Su reacción no se hizo esperar. Nos llamó pirruris.
Dos semanas después organizó su marcha de desagravio.
Se dio el lujo de señalar que tenía más respaldo que desprecio.
Los años han pasado. Desde las ONG’s surgieron de nuevo las críticas. Y aunque oficial y formalmente las ignoró, le calaron a grado de desconocerlas o no estar de acuerdo con ellas.
Probablemente González Pérez y su equipo en la CNDH haya constituido muchos de sus casos y llegado a formular recomendaciones que irritaron al ahora Presidente de México.
Baste observar las respuestas cuando hizo la correspondiente a las estancias infantiles.
Y pese al retiro de recursos a las organizaciones que representan a la sociedad civil, éstas han permanecido en silencio.
El trato que reciben es poco menos de ser corruptas, aunque en algunos casos se les aplicó.
Hoy otro organismo de la sociedad, #NoMasDerroches…llama la atención del Presidente pero no para hacerle caso sino para defenestrarla.
Es la que presentó 134 amparos para frenar la construcción del aeropuerto de Santa Lucía y que ya, en algunos casos, recibió respuesta del juez décimo de amparo en el Estado de México, otorgando una suspensión definitiva.
Al Presidente le irritó el caudal de demandas de amparo y ha calificado la acción como una manera de frenar las acciones de su gobierno, encaminadas a mejorar la calidad de vida, de servicios del país.
Fuera de la presencia de esta organización y la de los Chalecos Verdes, sin la fuerza de convocatoria necesaria, el resto de las 30 y tantas mi ONG’s no se ven, no se sienten, no están presentes.
Por eso me llamaron a la reflexión las palabras del ombudsman nacional.
Lo que ayer representó la voz de la sociedad, hoy es solamente silencio.
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