Por Nidia Marín
Cantar victoria no es sano cuando no hay motivo. Nuestro país, lamentablemente, seguirá siendo el tírenle al negro de Donald Trump y con mayor razón después de las palabras del vicepresidente estadounidense, Mike Pence: “México hará cosas que nunca ha hecho”.
Recapitulemos: el hoy presidente de Estados Unidos inició su anterior campaña, oficialmente, el 16 de junio de 2015. El próximo domingo se cumplen cuatro años de aquel estreno y desde entonces las agresiones contra México y los mexicanos han sido la constante.
Aquel día, su principal compromiso fue levantar un gran muro, que sería pagado por México, para evitar la migración de mexicanos. En esa ocasión señaló que “el gobierno mexicano incentiva a su gente más indeseable a emigrar a los Estados Unidos, gente con muchos problemas, en muchos casos criminales, narcotraficantes y violadores”.
Tras ganar las elecciones inició su gobierno el 20 de enero de 2017 y desde entonces no ha movido el dedo del renglón contra nuestro país y su gente. Un día sí y el otro también las agresiones son lanzadas sin el menor pudor.
Ya como mandatario vendrían las agresiones contra los “dreamers”, el señalamiento de que México estrangula la industria automotriz de su país al igual que al sector agrícola.
El próximo año se cumplirán cuatro de su arribo al poder y como las normas del vecino país contemplan la reelección por otros cuatro años, desde este 2019 el agente naranja ya está nuevamente en campaña y ¡claro otra vez toma a México como su caballito de batalla!
Apenas acaba de concluir la primera agresión… a lo mejor no ha terminado, pero en caso de que así fuera, tras su triunfo al lograr que México frene a los migrantes en su frontera sur, cuanto tiempo creen ustedes que pasará antes de volver con la andanada de ataques.
Tiene tela de donde cortar, indudablemente, fundamentada en el camino lleno de trompicones de la economía mexicana, en la profunda división que existe entre los mexicanos y en la forma en que se está conduciendo la actual administración.
Serán 17 meses para torturarnos. Serán 511 días de posible martirio, hasta el martes 3 de noviembre de 2020 fecha de las elecciones presidenciales en el vecino país.
De ahí que cantar victoria es un riesgo. Sí, efectivamente, no hubo aumento en los aranceles, ¿pero a cambio de qué? De modificar completamente la política que había establecido recientemente México en materia migratoria y ser, aunque no lo digan abiertamente, tercer país seguro.
Como dijo, Porfirio Muñoz Ledo “en la frontera (sur) se nos pide cerrar la puerta para hacerle un oscuro favor a ese país”, es decir a los Estados Unidos. Lo señaló alguien que sabe, ya que ha sido diplomático: Representante Permanente de México ante la ONU, tiempo en el cual coordinó el Grupo de los 77, y presidió el Consejo de Seguridad de dicha institución internacional, embajador de México ante la Unesco y posteriormente ante la Unión Europea.
Hoy, estamos esperando de qué humor amanece Trump, quien anunció ya que dará a conocer todos los acuerdos realizados durante las negociaciones y mucho tememos que serán terribles. Dijo ayer domingo “…se acordaron algunas cosas que no se mencionaron en el comunicado de prensa de ayer; una en particular. Eso se anunciará en el momento adecuado”.
Evidentemente será el momento adecuado para él, para lanzarse otra vez contra el rival más débil.
Y no fué todo, porque en su mensaje dejó abierta la posibilidad de volver a utilizar los aranceles en contra de nuestro país.
Cantar victoria, pues, no es sano.