La Crisis nos Alcanzó

Yo Campesino

*Aunque lo Nieguen, la Economía Sigue en Retroceso

Por Miguel A. Rocha Valencia

Insisten en no ver la realidad económica. El secretario de Hacienda Carlos Urzúa y el empresario apolítico Alfonso Romo presumen su miopía o de plano están agachados a lo que diga el presidente López Obrador y por mantener posiciones e intereses, no le hacen ver que hay riesgos muy graves y en corto plazo, no para ellos, pero sí para la mayoría de los mexicanos.

Carlos Urzúa.

Ellos, los funcionarios igual que su presidente festinan que la economía va muy bien y apuestan a que no habrá recesión, a pesar de que al primer trimestre se registró un decremento de 0.2 por ciento. Se cree que, para finales de este año, podríamos alcanzar un miserable 1.2 por ciento, lo cual, dista mucho del cuatro previsto por el gobierno.

Empero, los números reales indican que la desaceleración económica ya está e incluso empiezan a darse número negativos en áreas tan importantes para el desarrollo y el empleo como las industrias de la construcción y la minera.

Inclusive en la venta de automóviles se registra desaceleración y si se compara con el mismo periodo del año pasado, la caída es casi del siete por ciento. Ni hablar de la exportación que también disminuyó.

El único sector que, como siempre, reporta números progresivos, es el agropecuario, derivado de un ajuste en las exportaciones del cinco por ciento, donde los sinaloenses son mano por las hortalizas.

Pero en lo demás, incluyendo la industria del calzado, la disminución es visible y junto con la construcción, reporta un aumento en el desempleo y un incremento en las actividades informales.

De tal suerte que si la economía, el PIB, no crece para compensar el millón de empleos que se requieren para cubrir la Población Económicamente Activa de cada año, el pasivo a desocupación, será mayor.

Ahora bien, si se suma desempleo con encarecimiento derivado del aumento en combustibles y precios al consumidor, el coctel es negativo por necesidad y podrían darse los signos de una recesión que oficialmente será negada, pero que de acuerdo a la teoría y la realidad, estará galopando hacia finales de año.

Y es que no se están generando empleos sino desocupados y tal vez “becarios”, situación que no es económicamente positiva, sino todo lo contrario, ya que a ello se suma la ausencia de inversión pública y privada.

Claro, el INEGI y City Banamex que son les referentes en cuanto a los números, pueden ser desmentidos desde Palacio Nacional, pero la realidad no, esa está ahí y ya nos alcanzó.

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