Por Jesús Michel Narváez
Mañana habrá fiesta: el gobierno del Ciudadano Presidente cumple seis meses de haber iniciado su gestión.
Claroscuros, sí.
Porque no todo ha sido miel sobre hojuelas, aunque la luna de miel con el “pueblo bueno y sabio” ha durado más de lo esperado pese a las afectaciones en los bolsillos de quienes se quedaron sin empleo por la aplicación de la austeridad republicana.
Han sido 182 días en los que a partir de arrancar sus mañaneras el Jefe del Ejecutivo Federal ha soltado toda suerte de calificativos hacia todos los sectores y ha mostrado, al mismo tiempo, tener un gran manejo de la comunicación política.
A pesar de que los números oficiales: Banco de México, INEGI y la propia Secretaría de Hacienda recortan el crecimiento económico, el Presidente sostiene que la economía va requetebién y prueba de ello es la apreciación del peso.
Los datos duros revelan que la creación de empleos decreció; los refuta bajo el argumento de que los 500 mil becarios son empleados; aunque las críticas han sido al por mayor en torno a la construcción del nuevo aeropuerto en Santa Lucía, al que se le “apareció de la nada “un cerro” y que los organismos internacionales que avalan la edificación de aeródromos, el Ciudadano porfía y no quita el dedo del renglón.
Al inicio, allá en enero-febrero el país, sobre todo las ciudades importantes, vivieron la crisis del combustible. Reconoció que había gasolinas para solamente dos días y que no los informó para evitar el pánico. Provocó airadas reacciones con su intención –que la mantiene- de realizar la consulta de revocación de mandato en las elecciones federales de 2021. Y aguantó.
Seis meses en los que logró derribar la “mal llamada reforma educativa” e imponer la suya pese a las presiones de sus antiguos aliados: los de la CNTE; seis meses en los que alcanzó la victoria con la creación de la Guardia Nacional la que estima será la panacea para recuperar la paz y evitar el derramamiento de sangre. También se aferró a sus dos proyectos prioritarios: el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas.
Seis meses de tenues colores en materia de política exterior y 182 días con giro de 180 grados en el trato prometido a los migrantes que cruzan el país para ir en busca de la pesadilla americana.
Para Andrés Manuel López Obrador su inicio de gobernante ha “sido fácil” y se solaza con lo alcanzado. En su postura de generar el cambio prometido en la campaña y ratificado en su mandato, ha señalado que encontró un “elefante reumático” y ha pedido tiempo para darle el tratamiento que lo cure. En seis meses tiene dos renuncias relevantes; la del que fuera director del IMSS y la que ocupara la cartera de Medio Ambiente.
Cumple seis meses de gobierno y desde la óptica política no todo le ha salido a pedir de boca; pero evade las críticas y responde con su derecho a la réplica.
Es la décima parte de su mandato. Los neoliberales, la minoría rapaz y el combate a la corrupción lo coronó apenas hace 72 horas cuando se libraron órdenes de aprehensión en contra de Alonso Ancira –accionista mayoritario de AHMSA- y Emilio Lozoya.
Seis meses y contando.
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