Por Nidia Marín
Ya es de terror. Por una u otra razón, pero los accidentes de tránsito de los transportes de carga están causando estragos en la Ciudad de México, donde las autoridades al parecer no están cumpliendo con su deber de obligar a respetar el Reglamento de Tránsito.
En la norma vigente, los camiones y transportes de carga tienen prohibido circular por la ciudad de las 6:00 de la mañana a las 10:00 horas de lunes a viernes y, por ejemplo, el viernes pasado apenas unos minutos después de las 10:00 ocurrió un accidente en Periférico y Observatorio, de la alcaldía de Benito Juárez, en el que murieron cuatro personas prensadas por un camión de volteo y otras resultaron heridas.
Asimismo, ayer, tras un presunto tiroteo entre policías y el ladrón de un tráiler, durante la supuesta persecución el vehículo causó una carambola sobre la avenida Vasco de Quiroga, en Santa Fe, de la alcaldía Álvaro Obregón, con saldo de cuatro personas muertas, entre ellos dos niños, así como 14 heridas y daños a varios automotores.
Es evidente en este caso que hubo cierta irresponsabilidad de los policías.
En Mayo pasado (el día 23) un tráiler que circulaba por la alcaldía de Iztacalco se pasó la luz roja y chocó contra una ambulancia. El resultado: dos lesionados.
El Reglamento de Tránsito contempla rutas e itinerarios para la circulación y descarga, pero no se cumplen. Se supone que también señala el deber de circular sobre el carril derecho y únicamente utilizar el izquierdo para rebasar. Jamás conducir por los carriles centrales.
Desde hace varios años las rutas nocturnas para el transporte de carga están debidamente señaladas en las normas, pero se incumplen.
Y por cierto este reglamento dice que el camión o tráiler debe contar con bandas reflejantes blancas y rojas en laterales y en lo posterior, así como bandas reflejantes amarillas en la parte frontal. En el caso de los dobles remolques, debe portar una leyenda que diga “Precaución Doble Semi-remolque” y llevar sobreguardas laterales.
Desde hace tres años el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) advirtió que nuestro país ocupa el séptimo lugar a nivel mundial y el tercero en Latinoamérica en muertes por siniestros viales, con 22 decesos de jóvenes de entre 15 y 29 años al día, y 24 mil decesos en promedio al año. Además, precisó que los accidentes viales constituyen la primera causa de muerte en jóvenes entre 5 y 29 años de edad y la quinta entre la población general.
No es todo, porque los traumatismos causados por el tránsito, sin embargo, pueden ser prevenidos. La experiencia internacional, dicen, sugiere que un organismo coordinador con financiación suficiente y un plan o estrategia nacional con metas mensurables son componentes cruciales de una respuesta sostenible al problema de la seguridad vial.
A su vez la Organización Mundial de la Salud explica que entre las intervenciones eficaces se ubica la incorporación de las características de la seguridad vial en la utilización de la planificación urbana y la del transporte; el mejoramiento de las características de seguridad de los vehículos; el control eficaz de la velocidad a cargo de la policía y mediante el uso de medidas de descongestión del tráfico; el establecimiento y observancia de leyes armonizadas a escala internacional que exijan el uso del cinturón de seguridad, del casco y de los sistemas de retención para niños y el mejoramiento de la atención que reciben las víctimas de los accidentes de tránsito.
Creo que en el caso de la Ciudad de México las autoridades deben revisar lo que está funcionando y aquello que requiere adecuación. Por lo pronto, no funcionan como debieran las autoridades de tránsito y tampoco la atención a los lesionados.
A los gobernantes capitalinos les sale más caro la no atención de toda la cadena en materia de tránsito y la falta de campañas de prevención de accidentes, entre los ciudadanos.
Ojalá tomen medidas y haya menos accidentes.
