Un Selecto Grupo que ya Estuvo en Prisión y los que Faltan

Los Dados de Dios

*Más Continúa la Implacable Persecución

*En Reversa y de Nuevo el Escandalazo

*Ojalá no sea el uso Faccioso de la Justicia

*Vengativos, ya Bájenle de Tono al Asunto

Por Nidia Marín

Dicen que no se castiga la corrupción, pero todos han estado en la cárcel: Ahumada, Bejarano, Jugador de Las Vegas y hoy Rosario Robles. ¿Es el retorno de los brujos? ¿Estamos en plena reversa?

Hace algunos años Ricardo Pascoe Pierce, ex embajador de México (de 2000 a 2002) en agosto de 2005 publicó en El Universal un artículo en el que narra como Carlos Ahumada Kurtz cumplió su palabra y se cosió los labios ante las “injustas condiciones carcelarias impuestas por órdenes de Andrés Manuel López Obrador”.

Expuso también como en aquel tiempo René Bejarano ya había sido excarcelado y se había incorporado a impulsar la campaña de Marcelo Ebrard a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal (la que ganó por 2,213,969 votos casi al dos por uno respecto de su más cercano competidor, Demetrio Sodi de la Tijera, quien obtuvo 1.301,493) y que Carlos Imaz nunca fue consignado, así como del caso del ludópata Gustavo Ponce Meléndez (quien salió libre en 2011, pero fue nuevamente detenido y quedó en libertad hasta 2014).

Alertaba el ex embajador del uso faccioso de la justicia. Y remataba con el planteamiento: “Los labios cosidos de Ahumada pueden ser un aviso ominoso de lo que viene para la nación”.

Y haber díganle que no. Hoy Ahumada en el 2019 ya no se hilvanó los labios, aunque por petición de la FGR fue detenido el viernes 16 de agosto en Argentina y luego liberado por instrucciones de un juez de aquella nación el domingo 18 del mismo mes, mientras su esposa Cecilia Gurza era y es perseguida en México por el mismo juez Jesús Delgadillo Padierna (sobrino de René Bejarano y Dolores Padierna) acusada de fraude fiscal. ¿O fue casualidad?

Curiosamente, tras un citatorio la señora Gurza se presentó ante el Ministerio Público el pasado 29 de julio y 15 días después Rosario Robles fue detenida en el reclusorio de Santa Martha Acatitla (martes 13 de agosto), tras ser vinculada a proceso por el ejercicio indebido de servicio público. Tres días después Carlos Ahumada era detenido en el Aeropuerto “Jorge Newbery” de Buenos Aires, en Argentina a solicitud de la FGR de México y liberado 42 horas después.

Mientras tanto, en la Ciudad de México entre sábado y domingo fue asaltada la casa de Carlos Ahumada ubicada en San Ángel, alcaldía Álvaro Obregón, de donde se llevaron según dijo el argentino al periodista Ciro Gómez Leyva, dos cajas fuertes y varios documentos.

Es evidente que hay una crisis de la justicia en México y que se están aprovechando todas las fisuras e inconsistencias para aplicar la ley a conveniencia.

No se puede ocultar, la crisis judicial es un hecho, no tanto pro las protestas contra jueces, sino por las actuales sospechas de inclinación de la balanza a favor de varias personas del actual gobierno y manipulación de la justicia contra sus adversarios.

Tal vez no sea de tal manera. Hay estudios que señalan lo contrario, pero siempre habrá un negrito en el arroz.

En 2018 World Justice Projet México, señalaba los avances palpables y los retos persistentes en “La Nueva Justicia Penal en México”. Decía, por ejemplo, en cuanto a las maneras de presentar pruebas y de registrar las audiencias:

“Una diferencia fundamental entre el sistema antiguo y el nuevo es que en el primero, la prueba se podía presentar ante el juez por escrito, sin que éste tuviera acceso a la fuente original. Al juez se le podía presentar evidencia incriminatoria desorganizada en pilas de papel y él tenía a su cargo encontrarla y ordenarla en su sentencia. En el sistema nuevo, es imposible entregar pruebas por escrito y en desorden. Además, en el sistema antiguo, el método de registro de lo sucedido en las audiencias dependía de la pericia del mecanógrafo o del personal de apoyo del juez. Los expedientes eran frecuentemente manipulados, a veces de forma tal que lo ahí apuntado presumía la culpabilidad del imputado. Verdades inconvenientes para la versión acusadora o corruptora, quedaban fuera del registro. Las anécdotas de páginas arrancadas del expediente abundaban. Eso sí, en el universo paralelo del registro mecanografiado, el juez siempre estaba presente en el procedimiento. Al final, estos expedientes eran taladrados y cosidos, y se entregaban a las partes días después, luego del pago de cuantiosas sumas de dinero. El nuevo sistema sustituye los expedientes escritos a máquina con una videograbación de varias cámaras y micrófonos. Con esto se terminó con un método de registro ineficiente y falible”.

¿De verdad, de verdad eso se acabó o hay nuevas maneras de tener una justicia a modo?

Mientras las dudas persistan también en las actuaciones de los jueces, se acercará más la posibilidad de que se reinstale el sistema antiguo a pesar de que como señaló el World Justice Projet México:

“Reinstalar el sistema antiguo de proceso penal no es recomendable. A solo dos años de la entrada en vigor del NSJP en todo el país es necesario dejar que la reforma madure. Una involución procesal, no solo obstaculizaría la obtención de los beneficios que aquí mostramos con el nuevo sistema, también nos distraería de la formulación de políticas públicas urgentes. Un proceso penal no es sustituto de un sistema de seguridad ciudadana en términos de prevención, investigación, persecución y reinserción. Por tanto, conviene fortalecer nuestras instituciones de seguridad y justicia antes de desconocer lo ganado y emprender un camino de regreso”.

Vengativos: ya bájenle de tono.

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