*Cargos Indivisibles al Momento de Postulación
*Órganos Autónomos con Ventaja Para los Hombres
*Jamás una Mujer Presidió la Suprema Corte de Justicia
Por Joel Armendáriz
La paridad de género en el tres niveles de gobierno y en los órganos autónomos “es el logro más importante para las mujeres”, afirma la senadora (PES) Sasil de León Villard. “Confío en que los diputados aprueben la minuta y se haga realidad jurídica el equilibrio entre hombres y mujeres”.
Recuerda que en su paso por San Lázaro, cuando había ya presencia importante de las mujeres, ninguna de ellas presidió alguna de las 56 comisiones ordinarias.
El tema sin embargo, no termina ahí.
Porque la paridad de género se vuelve un reto para cumplir lo que marcará la legislación.
Conforme a lo aprobado se establece la obligatoriedad de observar el principio de paridad de género en la integración de los Poderes de la Unión, de los estados y la Ciudad de México, es decir, en el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como en los órganos autónomos. Y se sugiere que los partidos políticos hagan lo propio.
Ahí comenzarán los problemas.
Porque en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por ejemplo, las mujeres siempre han sido relegadas al segundo plano. Si tiene duda, pregúntele a doña Olga Sánchez Cordero quien durante 20 años estuvo en funciones de ministra pero nunca presidió el máximo órgano de justicia. Hoy hay solamente dos mujeres ministras. Las dos de reciente nombramiento.
En el INE el 65 por ciento de los integrantes del Consejo General son hombres. Y en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cinco de los siete magistrados son hombres. Y en el INAI los cartones marcan 4-3 a favor del género masculino. Son solamente algunos ejemplos. Y la Reforma Constitucional de 2014 preveía ya la igualdad de género.
Habría que añadir que constitucionalmente las mujeres deberían ganar el salario que gana un hombre por hacer el mismo trabajo y ello no ocurre, salvo en el Gobierno federal y en el Poder Legislativo en donde nominalmente hay equidad de remuneraciones aunque siempre los hombres reciben mayores estipendios por “comisiones especiales”.
Surge una duda fundamental: ¿cómo tener equidad de género cuando existen elecciones para Presidente de la República o gobernador?
Porque solo uno o una podrá ocupar el respectivo cargo.
¿Acaso será obligatorio que se presenten dos candidatos del mismo partido y diferente género para buscar el voto al mismo cargo?
La senadora afirma que es una razón para afinar textos. No más.
Ciertamente las mujeres han avanzado y mucho pero aún falta por reconocerles sus derechos a plenitud.
El tema de fondo es que el texto aprobado se torna imposible de cumplir en sus términos.
A menos que se dejen fuera las nominaciones para Presidente de la República y Gobernador (a) y presidentes municipales
En los otros casos, habrá que observar con lupa cómo le harán los gobernadores, por ejemplo, para conformar sus gabinetes. Porque si bien es cierto en la actual administración federal hay casi paridad de género en los puestos de alta responsabilidad, es decir, en los despachos de los secretarios, no se replica en los subsecretarios, directores generales o súperdelegado. Y en los Estados las mujeres han sido menos afortunadas para ser parte de los gabinetes. Porque se les niega capacidad y son objeto de acoso laboral y sexual si quieren ser parte de un gobierno. Porque las capaces no se dan en maceta-
Observar cómo le harán los órganos autónomos para tener la paridad de género es otro punto. ¿Acaso habrá dos presidentes en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos?… ¿dos rectores en la UNAM?
Son solamente algunos ejemplos que no buscan descalificar la iniciativa aprobada por los senadores.
Sin embargo, la realidad alcanzará más temprano que tarde a quienes suponen que todos los cargos, todos los nombramientos, pueden encajar en la paridad de género.
O hay una candidata a Gobernadora o hay un candidato. Imposible dividir la figura que se eligen.
