*Lesiva la Virulencia Desde la más Alta Tribuna del País
*La Marcha Sólo el Principio de un Futuro Negativo
*Solucionar las Diferencias sin Agresiones a los Demás
Por Iván Ruiz
Asegura la ONU que convivir en paz “es un proceso necesario para el desarrollo sostenible”. Así lo creemos en general. En México sus autoridades deberían reflexionar en su significado, hoy que a casi seis meses del nuevo gobierno (faltan 17 días) la diaria virulencia verbal desde el propio Palacio Nacional, vía las redes sociales y la inseguridad parecieran hacer prácticamente imposible cualquier avance.
La marcha realizada el domingo 5 de mayo, fue una muestra del hartazgo que se presenta en la población ante las agresiones de tirios y troyanos en contra de quienes no piensa a tabla rasa. Y seguramente es sólo el principio.
Desgraciadamente no se puede decir que a dicha protesta (nutrida o no), le haya faltado razón. Que se recuerde, es la primera en contra de la actividad o inactividad de un gobierno, lo cual no augura nada bueno, sino por el contrario que el descontento crecerá, de continuar las agresiones desde la máxima tribuna de la nación.
Para las Naciones Unidas, la paz no sólo es la ausencia de conflictos. Va más allá. “Convivir en paz consiste en aceptar las diferencias y tener la capacidad de escuchar, reconocer, respetar y apreciar a los demás, así como vivir de forma pacífica y unida.
“Es un proceso positivo, dinámico y participativo en que se promueva el diálogo y se solucionen los conflictos en un espíritu de entendimiento y cooperación mutuos.
Indudablemente así es, mas para ello se requiere voluntad de una mayoría, lo cual no existe en nuestro país, donde por el contrario se exacerban los rechazos a las diferencias en la manera de pensar y de concebir ciertas políticas que, por cierto, ni siquiera se ponen en marcha, sólo se esbozan, pero afectan a miles y miles de mexicanos que hoy navegan sin empleo, pero muy irritados.
Para lograr la convivencia en paz, las Naciones Unidas consideran “la importante función de la sociedad civil, incluidos el mundo académico y los grupos de voluntarios, en el fomento del diálogo entre religiones y culturas, y alentando a que se apoyen medidas prácticas que movilicen a la sociedad civil, como la creación de capacidad, oportunidades y marcos de cooperación”.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, recuerda, establece la importancia de propiciar sociedades pacíficas, justas e inclusivas que estén libres del temor y la violencia. No puede haber desarrollo sostenible sin paz, ni paz sin desarrollo sostenible.
La invitación a todos los Estados miembros siempre ha sido “a que sigan promoviendo la reconciliación, para contribuir a hacer realidad la paz duradera y el desarrollo sostenible”.
En México no estamos rindiendo buenas cuentas. Urge reflexionar.