*Presiones Financieras, Políticas y Chantajes Cobran Víctimas
Por Miguel A. Rocha Valencia
Más allá de la ausencia de una estrategia de comunicación del actual gobierno, el hecho de que con las medidas restrictivas en materia presupuestaria, amenazas y chantajes, se esté obligando a los dueños de medios de información a echar a la calle a decenas de periodistas, diseñadores, prensistas, administrativos y demás personal de medios impresos, televisivos, radiofónicos y digitales, traerá consecuencias indeseables para el gremio, pero también para el régimen que encabeza López Obrador.
Y creo que al final, el que más perderá será el tabasqueño quien con sus acciones de gobierno ha polarizado a la opinión pública. Los más, en contra suya.
Olvidan que la mayor parte de los 30 millones de votos que presumen, se derivan de hartazgo de una sociedad enojada con los que se fueron, a quienes no les importó ser exhibidos como frívolos, incapaces, o cínicos ladrones.
De verdad creen el discurso de que la gente votó por sus propuestas cuando en realidad eligieron un cambio, una promesa de combate a la corrupción, que luego se cambió por un pacto de impunidad a cambio del poder.
Es decir, durante años exhibieron a la mafia en el poder, prometieron castigarlos y al final, la perdonaron bajo un falso discurso de amor y paz.
Se trata de un perdón, pero no olvido, que todos los días se manifiesta por las mañanas desde Palacio Nacional, pero que se deslegitima y se desgasta cada vez que se invoca como justificante de las desgracias nacionales, simplemente porque no se castiga.
Y frente a esto, se acusa a periodistas que critican, que lo recuerdan, que no pierden la memoria y hacen ver la inutilidad o demagógico de un discurso que se agota y descalifica a sí mismo por la impunidad que es precisamente la madre de esa corrupción que se delata, pero sin consecuencias.
Frente a esa crítica, se presiona a los medios y estos a los periodistas, y propicia un desempleo.
¡Qué bueno¡, porque eso nos libera a todos; no me veo obligado a publicar sandeces, mentiras o discursos baratos si no me pagas y aunque lo hagas, no implica vender mi línea editorial, dirán los empresarios periodísticos, diría yo.
Los periodistas tendrán que buscar opciones de sobrevivencia, incluso pensar en asociaciones como cooperativas, fundar sus propios medios, acudir a las “benditas redes sociales” y tendrán presente que sus problemas de empleo se lo deben a alguien.
Así las cosas, medios y periodistas pierden y ganan, pero a quien mejor le irá, será a una sociedad mejor informada. Más ahora que ya fuimos advertidos desde Palacio Nacional.