Por Jesús Miche Narváez
Repetía una y otra vez: cuando fui Jefe de Gobierno yo recibía el parte sobre la seguridad y ahí mismo se tomaban medidas… como Presidente haré lo mismo y se reducirá la violencia… lo van a notar.
Datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública revelados el sábado pasado confirman que de enero a marzo es el “trimestre más violento” desde que se llevan registros.
El compromiso presidencial de abatir la violencia, la delincuencia y la impunidad ha sido incumplido.
Y aunque ya investido Presidente de la República Mexicana ha insistido desde el primer día en que despachó en Palacio Nacional que personalmente se haría cargo de contener la violencia y que para ello se reuniría cada mañana con el gabinete de seguridad y conocería los datos concretos de lo ocurrido en las últimas 24 horas a lo largo y ancho del país en materia de seguridad y violencia, los resultados no pueden ser menos favorecedores.
Repetir la información que no se ajusta a la verdad, es decir, hablar de una mentira y convertirla en verdad a través de machacarla, no logró borrar las cifras oficiales, las mismas que el periodista Jorge Ramos expuso la semana pasada en la mañanera presidencial y que recibió como respuesta: yo tengo otras cifras.
Se entiende que en solamente 4 meses y 22 días de gobierno formal y de 230 días desde el triunfo electoral y ante la complacencia del entonces todavía Presidente, el candidato electo inició de facto su gobierno, las cosas no resulten como las imaginó el favorecido por los votos. Pero ya va para el año.
Lo que no se entiende es que se aferre a su verdad, a sus cifras, a su criterio y deseche todo lo que no le conviene. Insiste en la prensa fifí y en que tiene derecho a defenderse de las críticas. Sí, pero es una defesa ventajosa. Tiene todos los reflectores para desprestigiar y linchar a quien quiera.
¿Qué hará con los funcionarios, menores por supuesto, que recolectaron los números que muestran el aumento de los homicidios dolosos?
Es probable que pierdan sus empleos. Por mostrar la verdad que no tuvo en sus manos l ciudadano Presidente.
Porque no le gusta ser contravenido. No hay nadie que sepa más que él. Porque, como lo ha dicho, es el hombre mejor informado del país.
Tendría que iniciar una revisión de los informes que recibe diariamente y de las tarjetas que lee en sus mañaneras. Corregir errores muestra la grandeza de los poderosos.
Claro, los que aún no son del todo grandes.
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