Peticiones de Perdón: Protagonismo Innecesario que Deja Espina Clavada

A la Vuelta de la Esquina

*México Suma Ocho Millones de Indígenas

*Son 120 Millones de “Mixtos”, “Mezclados”

*O Bien de “Raza Cósmica”: Vasconcelos

*Reanudación de Relaciones con España

*Y con el Vaticano Después de un Siglo

Por Iván Ruiz

Algo que parecía imposible sucedió. El gobierno de México, vía su presidente, mediante su política de confrontación logró que España mostrara su molestia y que el Papa Francisco lo piense mucho antes de visitar México, el segundo país en el mundo con más católicos: 112 millones (los restantes 17 millones pertenecen a las religiones de pentecostés, bautistas, presbiterianas, espiritualistas, ortodoxas, adventistas, luteranas, judías y budistas).

Lamentable y para reflexionar, porque las rencillas al interior de la República se incrementan y ahora con el extranjero principian.

Y todo por el aniversario de una batalla que perdieron los maya-chontales contra los españoles.

El asunto es que 42 años después del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre España y México, vuelven a enfriarse… ¿o no?

La semana pasada, el 28 de marzo, se cumplieron poco más de cuatro décadas de la reanudación diplomática, suspendida durante 38 años por la Guerra Civil Española.

Y precisamente el lunes 26 el Presidente López Obrador anunció una carta enviada a principios de marzo, en la cual volvió a las agresiones contra España.

Produjo cejas fruncidas y enojo en ambas naciones, al demandar del gobierno español que pida perdón a México por los abusos cometidos contra los pueblos originarios durante la conquista.

México en el siglo XXI tiene una población indígena de poco más de 8 millones. También más de 120 millones de… ¿cómo les decimos? Quizás como señalaba Vasconcelos “la raza cósmica”, con el argumento de que lo híbrido en el ser humano se traduce en una mejor reproducción de personas y plantas. Como fuere, esos 129 millones de indígenas, de hombres y mujeres mixtos o mezclados con otras razas somos mexicanos y es suficiente.

El asunto es que, por aquella derrota hace 500 años o por montarse en el 42 aniversario de la reanudación de relaciones entre México y España, las irreflexivas palabras presidenciales dejaron la espinita clavada.

“El 13 de agosto de 1521 heroicamente defendido por Cuauhtémoc cayó Tlatelolco en poder de Hernán Cortés. No fue triunfo ni derrota. Fue el doloroso nacimiento del pueblo mestizo que es el México de hoy. De ese pueblo mestizo vengo a esta España raíz”, dijo el presidente José López Portillo al dirigirse al rey Juan Carlos I, España, en octubre de 1977 una vez restañadas las heridas dejadas por la guerra civil.

No sería todo, porque en el abril anterior el mandatario mexicano se dirigiría en una nota al presidente de España, Adolfo Suárez, diciéndole:

“Que nunca más un conflicto, una diferencia, nos obligue a que, por culto a la lealtad, rompamos la normalidad”.

Una más fue:

“Nunca estuvimos, no hemos estado, ni estaremos lejos de España, metida como está en nuestra sangre y en nuestra historia”.

También escribiría el Rey Juan Carlos I al contestarle a López Portillo en noviembre de 1978:

“La nación mexicana engendró una inolvidable deuda de gratitud de toda España que había de pervivir, profundamente enraizada en el corazón reconciliado de un pueblo, decidido a mirar al futuro y a forjarlo inspirado por sentimientos de unidad y paz”.

Otro presidente, Adolfo López Mateos habría señalado, durante su mandato: “Con España todo, con Franco nada”.

¿Todo se fue a la basura, por el afán protagónico? Creemos que no, aunque la respuesta del gobierno de España fue un estate quieto, al señalar:

“La llegada hace 500 años de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas”.

Además:

“Nuestros pueblos hermanos siempre han sabido leer nuestro pasado compartido sin ira y con una perspectiva compartida como pueblos libres con una herencia común y una proyección extraordinaria”.

Fue un bofetón con guante blanco, al desbordado protagonismo.

¿Quién lo asesora? ¡Por Dios! Ese tipo de noticias, con las que emula al inepto Maduro, no le sirven a nadie y mucho menos hoy, que ya se vio, inició el declive de la popularidad.

Afortunadamente los hechos hablan mejor. El Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques (de la Secretaría de Relaciones Exteriores) señala que actualmente existen 25 tratados bilaterales entre México y España en distintos temas y hay la presencia de más de 5.000 empresas españolas instaladas en nuestro país, además de los consorcios mexicanos que ya están en España.

Como escribió Vasconcelos: “Nosotros no seremos grandes mientras el español de la América no se sienta tan español como los hijos de España. Lo cual no impide que seamos distintos cada vez que sea necesario, pero sin apartarnos de la más alta misión común”.

En cuanto al perdón que debe pedir a los indígenas mexicanos el Papa Francisco, es curioso que alguien no católico lo solicite. Si ya desde el primero de marzo había desechado viajar a México, ahora menos lo hará.

México, después de un siglo de ruptura (1861), de la Revolución y la Guerra Cristera, reanudó relaciones diplomáticas con el Vaticano el 22 de septiembre de 1992, durante el mandato de Carlos Salinas de Gortari. Sí este 2019 se cumplen 27 años de ese hecho.

Hoy es probable que exista un diferendo.

¿Qué necesidad?

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