Por Jesús Michel Narváez
A la mitad del camino y en medio de una nueva crisis de seguridad -320 homicidios dolosos en lo que va del año-, Silvano Aureoles Conejo, gobernador de Michoacán trata de componer las cosas que en el pasado apuntaban a estar bien hechas. Dos cambios importantes: los secretarios general de Gobierno y de Seguridad Pública que buscan, según su óptica y palabras, fortalecer las acciones públicas en los 30 meses que le quedan a su administración.
Carlos Herrera Tello y José Martín Godoy Castro asumen sus nuevas responsabilidades. De Herrera, presidente municipal con licencia de Zitácuaro, no se tienen muchas expectativas. Tiene algo a su favor: es amigo personal del gobernador.
El cambio más relevante es el de seguridad pública. Deja el cargo Juan Bernardo y llega José Martín Godoy, quien fuera procurador con tres gobernadores: Fausto Vallejo, Salvador Jara y el propio Aureoles.
¿Cuál es la razón de la sobrevivencia política de Godoy?
En Morelia apuestan que las manos de Alfredo Castillo, sí el que fuera nombrado virrey plenipotenciario para la pacificación en Michoacán, están metidas hasta los codos para que Godoy siga disfrutando de los “afectos” de Silvano Aureoles.
Es poco razonable que el expresidente de la CoNaDe tenga influencias en Michoacán. A todos los “cabecillas de los Grupos de Autodefensa Comunitaria” que persiguió y encarceló, jueces federales los dejaron en libertad. Su paso por la entidad es equiparado al de Atila, cuyo paradigma fue el de la crueldad, la destrucción, según los historiadores, y que a su paso no dejaba hoja viva.
¿De dónde sale su influencia, si es que la tiene?
Entrando a la presunta realidad y tratando de dejar de lado las suposiciones, los cambios en las dos posiciones más importantes de un gobierno después de la del mandatario estatal, parecen destinadas a tratar de maquillar el rostro desfigurado de la seguridad y la interacción política.
Tareas nada fáciles, sobre todo cuando el gobernador no goza de las simpatías de ya sabes quién y ha sido uno de los más abucheados durante la visita presidencial.
Aureoles quedó abandonado de la Presidencia de la República en dos importantes acciones: regresar a la Federación la nómina magisterial y que nadie le tendiera la mano para levantar el bloqueo que profesores de la CNTE –sección 18- hicieron en las vías del ferrocarril y cuyo costo se estima fue de 30 mil millones de pesos en pérdidas comprobables.
La seguridad es el talón de Aquiles del gobernador. Y los 320 homicidios dolosos en solamente 120 días hablan de cómo se recrudeció por dos razones: el abandono de la Federación –ausencia o reducción de presencia de Ejército, Marina y Policía Federal- y la incontrolable corrupción policíaca lo mismo nivel estatal que municipal.
¿Cambios para que todo siga igual o para cerrar con broche de oro la administración?
Cronos tiene la respuesta.
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