Problemas se Recrudecen por la Bipolaridad Política del Gobernador

Frontera Norte

Javier Corral Jurado.

*Obra Pública con Dinero de Puentes Internacionales

*Hospitales sin Medicamentos y Material Quirúrgico

*El Campo Chihuahuense Muere sin Apoyos Necesarios

*Las Zancadillas “Corralistas” y del Cartel de la Droga

Por Rafael Navarro Barrón

La declaración fue “temprana” y “zalamera”. Eufórico, el “poco gobernador de Chihuahua, para tan grande pueblo”, como lo llamó Andrés Manuel López Obrador, el entonces candidato a la presidencia de la República, por el partido Morena, Javier Corral Jurado levantaba las alas para denunciar el poco apoyo del presidente Enrique Peña Nieto.

Entonces vino la retórica ingenua: “Estoy muy contento porque nos empieza cambiar la vida, ahora como dicen, ya me dan las 12 que no se va Peña Nieto y llegue López Obrador”, expuso.

El día de la declaración, el panista Corral agradeció la buena voluntad de AMLO con Chihuahua, luego que se comprometiera en aspectos como salud, economía y seguridad.

“López Obrador nos cambia la vida, podremos respirar de otra manera, vamos a tener proyectos rigurosos y transparentes”, reiteró Javier Corral en la antesala del nuevo gobierno que, discretamente, preparaba los obuses para dirigirlos a las arcas de Chihuahua y frenar la mala conducta política y administrativa en la que se han envuelto Corral y su equipo.

OBRAS A CAPRICHO Y SIN PLANECIÓN

En términos técnicos, el Estado de Chihuahua está “quebrado” en todos los sentidos. Por ejemplo, la escasa obra pública en Ciudad Juárez se realiza con el dinero de los puentes internacionales que fueron concesionados al gobierno estatal en la administración de Peña Nieto.

La excusa es la misma siempre: César Duarte nos dejó sin dinero. Es por eso que el segundo informe de gobierno de Corral fue corto y sin ningún avance social, ignorado por muchos.

Los proyectos de obra pública son a capricho de los funcionarios estatales, sin planeación, sin enfoque social…crean vialidades donde se ubican los negocios de los panistas dentro y fuera del poder.

Los hospitales están a punto de la quiebra: sin medicinas, sin material quirúrgico, sin lo elemental para garantizar el derecho a la atención médica.

El gobierno subió las tarifas de agua potable, ya de por sí altas, e incrementó la tenencia vehicular. Argumentó que necesitaba recursos para la obra pública, pero todos los sectores saben que es para pagar los errores que se cometen por el mal manejo de la deuda pública.

Hay problemas en el campo chihuahuense, que muere sin apoyos; las universidades están paralizadas, trabajando con recursos propios porque el Estado ha frenado las participaciones y la federación las disminuyó.

Qué decir de la violencia, focalizada en los lugares donde el gobierno metió las narices para poner orden. La sospecha de que los policías estatales están al servicio de un grupo criminal, ya no es una simple sospecha, sino una realidad, como ocurre en Cuauhtémoc, la ciudad más próspera de la entidad, donde gobierna Morena a pesar de las zancadillas corralistas y del cartel de la droga que apoya a los policías estatales.

La mafia acaba de asesinar al jefe de la policía municipal de ese municipio, Efrén Peña Flores. El crimen, se cree, lo ordenó la policía estatal, quien unos meses antes había metido al desaparecido director de Seguridad Publica a la cárcel y a 11 de sus agentes, por portación ilegal de armas de fuego.

REPRESENTACIÓN DE UN “POLÍTICO TÓXICO”

Los ya de por sí asuntos delicados de la entidad, se recrudecen por la bipolaridad política de nuestro gobernante. Corral es una clara representación de un “político tóxico”, incapaz de llevar una relación institucional con alguien que esté a su nivel, superior o esté bajo su mando.

López Obrador (candidato), en la ciudad de Delicias, refirió que “Chihuahua tiene mucho pueblo para tan poco gobernador”.

La fama de Corral es la de un gobernante bipolar, enfermo de soberbia, flojo (“huevón”, le dicen en Chihuahua), megalómano y mentiroso.

Creemos que en el Estado tenemos un serio problema político; el gobernante enfrenta la más cruenta crítica periodística, humillante en ocasiones.

La razón del desencuentro con medios informativos tiene dos lecturas: la política y la económica. Muchos periodistas fueron generosamente apoyados por el gobierno de César Duarte y operaban a favor de ese gobernante.

No se benefició únicamente a las empresas periodísticas, sino a los directores, editores y reporteros que prestan o prestaron sus servicios en esos negocios de la comunicación.

Los informes rayan en el escándalo y, aunque Corral lo sabe, no ha denunciado públicamente lo que ocurría entre Duarte y periodistas. Lo que hizo el gobernante fue reducir un 85 por ciento el recurso destinado a difusión, abriendo un boquete muy amplio para que fuera golpeado noche y día.

Es por eso que la visita del presidente López Obrador a la ciudad de Chihuahua, el pasado 2 de marzo, fue un importante acto catártico para que miles de chihuahuenses, morenistas y no morenistas, gritaran ¡Fuera Corral!, grito al que se unieron los medios de comunicación que hicieron eco del clamor chihuahuense, mientras que el gobernante lucía su peor rostro, el de la humillación y el desprecio.

 

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