Por Jesús Michel Narváez
¿Cómo se construye el Estado de Derecho y qué es el Estado de Derecho?
Parecería una difícil propuesta. No, no lo es.
En ambos casos con una sola acción: RESPETANDO LA LEGALIDAD… LA LEY… LAS NORMAS.
El presidente López Obrador ha insistido: “Habrá un auténtico Estado de Derecho, al margen de la ley nada y por encima de la ley nadie.
La frase atribuida a Ignacio Ramírez “El Nigromante”, es justamente la representación del Estado de Derecho.
Pero cuando desde la Atalaya del Poder se violenta la Ley, el ESTADO DE DERECHO deja de existir.
Porque se acomoda al interés o gusto personal para salvaguardar aquello que es inconfesable y que se usa, además, como arma en contra del adversario político.
Si como se informa el Partido Encuentro Social (PES) recuperará su registro como partido nacional en base a la representación que tiene en el Congreso de la Unión, el Tribunal Electoral del Poder Judicial habrá mostrado su debilidad y perderá la de ya de por sí mermada credibilidad.
De tiempo atrás, habría que reconocer la imparcialidad con la cual se condujo el TEPJF. Sin embargo, la calificación de la elección de Puebla, en donde como última instancia la Sala Superior determinó el triunfo de Martha Érika Alonso, pareció no gustar a ya sabes quién.
Porque refutó el falló aunque no se atrevió a exigir su cambio. La petición habría topado con el muro de concreto que no saltan ni siquiera los migrantes.
La decisión es inatacable legal y jurídicamente.
No obstante la clara imparcialidad de los magistrados que votaron a favor del resultado revisado hasta en cinco ocasiones, desde esa Atalaya del Poder se sugirió la renuncia de la magistrada presentada, Janine Otálora renunció como presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), “para facilitar la transición del órgano”.
¿Cuál transición? Nunca fue explicada y aunque la doctora Otálora continúa como magistrada ya no es la que encabeza el órgano jurisdiccional.
¿Dónde quedará el ESTADO DE DERECHO si el Tribunal le devuelve el registro al PES?
El partido de Erick Flores, la cabeza visible, no alcanzó el porcentaje del 3 por ciento de la votación requerida en ninguna de las tres elecciones federales realizadas en julio de 2018: Presidencial, para Senadores y para Diputados.
Así lo mandata el artículo 41 constitucional y la legislación electoral vigente. ¿Cuál es el mérito del PES para recuperar lo que el ciudadano le negó?
Solamente hay uno: haber sido aliado del partido que ganó la Presidencia de la República y la casi mayoría calificada, por sí mismo, del Congreso de la Unión. ¿Se le ocurre alguna otra razón? A mí, no.
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