De Juegos Olímpicos y Otras Calamidades

Las Revueltas de Silvestre

Por Silvestre Villegas Revueltas

Cuando se escribe el presente texto faltan todavía 19 horas para saber si la selección mexicana de futbol ganó la cuarta medalla de bronce para México o la delegación de nuestro país regresará solamente con tres distinciones broncíneas. Lo anterior es significativo, pero no importante, porque la raíz del problema tiene varias facetas: me explico. Hace ya más de una década me censuraron un artículo porque criticaba la labor que había realizado Mario Vázquez Raña al frente del Comité Olímpico Mexicano y en términos generales su influencia en el ambiente directivo de los deportes. Pero el Sol no se puede tapar con un dedo y por ello de aquellos tiempos al 2020 se ha palpado que el Comité, diversas confederaciones, federaciones de un determinado deporte amén de entrenadores y poderosísimos patrocinadores, constituyen un ambiente, que quizá, junto con los partidos políticos mexicanos sea de lo más corrupto que tiene este sufrido país llamado México. Pueblo que se entusiasma con sus atletas, juega algunos deportes y tiene muy pocas satisfacciones con sus deportistas profesionales.

El problema nacional con el deporte va más allá de los relumbrones de las justas olímpicas, juegos mundiales y competencias internacionales. El inicio de nuestra escasa ligazón con los deportes comienza adentro de largo proceso educativo que se brinda desde la escuela primaria hasta la licenciatura universitaria. Todas las escuelas deberían tener instalaciones deportivas, muchos niños pobres no pueden practicarlo porque amén de falta de cancha tampoco tienen profesores de educación física. A pesar de ello y en la pobreza han salido buenos atletas. Otros niños, pero de escuelas privadas, practican diversos deportes pero son los menos, la mayoría prefiere, si se puede faltar a la clase, esconderse bajo cualquier pretexto para no practicar gimnasia o basquetbol. Peor y me consta, había castigos disciplinarios y estos consistían en prohibir ir a la clase de “actividades físicas”, prohibir la asistencia a la clase de “actividades estéticas” o castigar al alumno para que fuera a investigar algo en la biblioteca de la escuela. Una verdadera estupidez. El resultado: jóvenes que no hacen deportes, jóvenes que pudiendo desarrollar sus talentos pictóricos o musicales terminaron estudiando administración de empresas y, por último, un pueblo que no gusta, no asiste a las bibliotecas; ello sucede mayoritariamente en las universidades privadas mexicanas, siendo los repositorios librescos y sus usuarios el alma de universidades como Oxford, Cambridge, Yale, etc. Más dramático, el pueblo padece de la poca existencia en la República mexicana de buenas bibliotecas públicas. En cambio, el mito creativo de los EEUU señalaba que Benjamín Franklin había escrito: el buen ciudadano paga impuestos, siembra un árbol y regala libros a la biblioteca pública.

¿Qué pasó con la delegación mexicana en Tokio 2020? que igual podría cuestionarse su actuación en justas anteriores. Aquí sí cabe el adagio que reza: ni están todos los que son, ni son todos los que están. Paola Espinoza se quejó de que la obstaculizaron para que asistiera a Japón, otra ciclista con premios y con lágrimas en los ojos señaló la misma discriminación, pero que iría a la siguiente olimpiada. Apuesta muy fuerte en el caso de los deportistas porque su tiempo de máximo rendimiento dura muy poco. Para todos los que conocen a los entrenadores se sabe que tienen sus preferidos, que la disciplina es fundamental y que hay excesos como el alemán que cacheteó y zarandeó a su pupila para que se le subiera el p.h. ¡Así son los germanos, pero pueden obtener buenos resultados!

Nos la tenemos bien merecido por haber aceptado a un contingente de estadounidenses de ascendencia mexicana en el equipo de softbol. Perdieron, hicieron berrinche, no les gustaba el uniforme, tampoco tenían espacio en sus maletas y…eran hijas de Washington. Hubieran reunido los uniformes y que éstos se donaran a muchachas que juegan dicho deporte en el sur de California o en Tijuana. Lo que de ellos se espera, es una explicación . Son los atletas que concursaron en deportes eminentemente elitistas los cuales están más allá de las posibilidades de la mayoría de los deportistas nacionales. Los golfistas que son retratados en las revistas tipo RSVP, las piragüistas, las remeras, de tiro, triatlón son personas que lo practican por su propia cuenta, van a muchas competencias nacionales e internacionales, que pueden contratarse entrenadores particulares ¿por qué no quedaron al menos en un honroso cuarto lugar en sus respectivas disciplinas?

Finalmente, una lectura política de los juegos olímpicos. Mucho se ha hablado de que las justas olímpicas posteriores a la Segunda guerra Mundial enfrentaron al “Mundo libre” y a los países socialistas encabezados respectivamente por EEUU y la URSS.  Cierto, los juegos de basquetbol, gimnasia, boxeo y atletismo entre otros se veían como un enfrentamiento, una guerra, una demostración de que el capitalismo o el socialismo era la vía correcta y triunfante. Sin embargo, poco se ha hablado en el mundo contemporáneo del nexo Juegos Olímpicos y Fascismo.  Respecto a dicho tema, los análisis se centraron en los juegos durante la Alemania nazi, el hombre superior ario, las tablas gimnásticas igual en Alemania que en los países de la cortina de hierro. Ok. Pero en el mundo del neoliberalismo, de la globalización, de las grandes corporaciones y del consumo, los Juegos Olímpicos tienen demasiadas semejanzas con los valores de los años de 1920s 1930s y en general de lo que se ha llamado como el darwinismo social. Sin embargo, hay diferencias fundamentales como la cada vez mayor presencia en preseas doradas de individuos de raza negra que lo mismo representan a Jamaica que Alemania, Italia, España, Francia, Cuba, etc. Se enaltece los cuerpos atléticos, se refuerza el nacionalismo, se glorifica a ciertos individuos y se denosta a otros (en la actualidad las redes sociales se han hecho presentes para criticar de mala manera a ciertos atletas). En los Juegos Olímpicos también han sido representadas las grandes compañías de artefactos deportivos, de moda deportiva y los corporativos de medios de comunicación reproducen, bajo sus propios criterios, momentos estelares, competencias, atletas y países que les parecen más rentables. Los estudiosos del comportamiento actual de los medios de comunicación ven muchas semejanzas en los valores que aquellos imponen en una especie de neofascismo contemporáneo, que goza de cabal salud financiera y respaldo por parte de una población muy amplia que se identifica con una gama de valores globales. Pier Paolo Pasolini expresó: “el verdadero fascismo es lo que los sociólogos han llamado alegremente la sociedad de consumo”, (Méndez y Lizaga, 2020).

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