Landau-Trump-AML

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Ahora se entiende la razón por la cual se volvieron “cuates”.

Sencillamente porque piensan(¿?) igual.

En la carrera diplomática se aprende a respetar reglas y cuando se busca la polémica se busca quien filtre la información.

Pero como Christopher Landau, exembajador de Estados Unidos en México, no es diplomático y que jefe y amigo tampoco sabe respetar las normas, simplemente saca la cara para decirle al presidente López que “no está solo” en sus batallas contra el gobierno de Joe Biden, el hombre que mandó a Florida a su antecesor y quien nunca aceptó la derrota y por ello desde Palacio Nacional le sugirieron que exigiera el recuento voto por voto y casilla por casilla.

Es un método muy ensayado por el cabecilla de la 4t. Sin embargo, jamás le dieron resultados como tampoco a quien “asesoró”.

Landau escribió en las redes sociales: denuncio opacidad en la decisión de extender al menos un mes, el cierre de la frontera común entre ambos países.

Sin el lenguaje de una persona que entiende cómo manejarse, el exembajador republicano señaló que las restricciones impactan la vida cotidiana de las personas en ambos lados de la frontera de innumerables formas, incluida la separación de familias y la devastación de negocios, principalmente del lado de Estados Unidos.

Lamenta que el presidente Joe Biden esté “permitiendo la entrada de una avalancha de personas que no tienen visas y no vienen aquí simplemente para visitar a la familia o comprar antes de regresar a casa en México”.

Para cerrar, calificó al presidente Biden de “irracional”.

Seguramente en Palacio Nacional y en Tlatelolco festejaron las palabras de Landau. Sí, es muy proclive a la comida mexicana, pero eso no lo hace entender la relación compleja entre las dos naciones y más aún ahora cuando se teje el tapete de las “izquierdas latinoamericanas” y que quiere encabezar el mexicano.

Estados Unidos está observando con lupa cada una de las acciones que realiza México y le da seguimiento para evaluar hasta dónde tensa la cuerda antes de romperla.

Está claro que al presidente López no le agrada el residente de la Casa Blanca no solamente ahora. Desde la campaña manifestó su “simpatía por el amigo” y con Biden ni con Kamala Harris se advierte que haya buena química.

Y como respuesta, tampoco Biden ni a Harris hacen “clic”.

Tan mala es la relación personal -que repercute entre las dos naciones- que, irritado, el presidente reclama que no le hayan dado contestación a la nota diplomática en donde solicita se le deje de dar apoyo económico a Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad.

No entendió, no quiso entender o no sabe leer entre líneas lo que dijo Biden de mantener y aumentar los recursos para las organizaciones civiles que apoyan la democracia. Incluso, en la visita que realizó Harris a México el pasado 8 de junio, se abordó el tema y la vicepresidenta lo ventiló en una entrevista que concedió a la agencia EFE.

¿Qué hace falta, además de los reclamos por incumplimientos evidentes en el T-MEC para que el presidente mexicano entienda que los dos países son diametralmente distintos?

Allá sí son demócratas y no andan pregonándolo cada mañana. Aquí la democracia está en peligro por la concentración de poder metaconstitucional que tiene López.

El intento de golpe de estado que realizó Trump es muestra de que, como a López, le importa u comino respetar la Constitución.

Y como colofón: ¿Qué andará buscando Landau?

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por ABC-Radio en el 760 de AM.

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