Por Jesús Michel Narváez
Cada día 28 –pero especialmente de octubre- San Judas Tadeo recibe la visita de todos aquellos que “laboran” en “profesiones” no reguladas por la Secretaría de Educación Pública.
Con el festejo de hoy se acaba febrero y ya comenzó, desde hace una semana, a brillar el sol que obliga a las mujeres a lucir frescas y a guardar en el ropero los abrigos y suéteres de lana con los que se cubrían para no sentir el frío de un invierno que al principio golpeó con fuerza y en las dos primeras semanas de este mes cedió.
Se acaba el mes de la Constitución, del amor y la amistad y de la Bandera.
Comienza marzo. Fechas históricas que son relevantes: 18, aniversario de la expropiación petrolera y el 21 natalicio de Benito Juárez.
Cada año desde hace décadas, el 18 sirve para hablar de lo que representa la industria petrolera que con mucho es la más importante del país. También para hablar sobre los líderes sindicales de Pemex.
Este año, este marzo, seguramente no será la excepción. El presidente pondrá sobre la mesa su reiterada afirmación de que la Reforma Energética ha sido un fracaso, lo que ya no sería novedad.
Lo nuevo, lo verdaderamente noticioso estriba en si Carlos Romero Deschamps acudirá a la ceremonia conmemorativa del 81 aniversario de la expropiación.
Porque hasta donde se sabe ya hay denuncias penales en su contra, aunque la Fiscalía General de la República no ha informado nada, ni en filtraciones, sobre el particular.
Los ojos y los oídos de gran parte de los mexicanos interesados en el tema no estarán prestos para saber las razones por las cuales la reforma energética ha sido calificada por el presidente López Obrador como un verdadero fracaso.
No. Estarán pendientes de la presencia del dirigente petrolero que lleva 21 años al frente del Sindicato y a quien se le señala de participar en el huachicol, de tener contratos con Pemex, de ser un hombre extremadamente rico y de tener bajo amenazas a los trabajadores.
En muchos sectores se presume que este 18 de marzo se concretará el “carlotazo” –para seguir con el quiñazo y el elbazo- y en la dirigencia del sindicato petrolero surgirán nuevos rostros que no estén ligados a la presunta corrupción del ahora líder.
¿Será verdad tanta belleza? Hay quienes hasta aplauden la sola posibilidad.
Otros creen que si hoy Romero Deschamps se da una vuelta por la Iglesia de San Hipólito quizá encuentre la protección de San Judas Tadeo.
Claro para hacerse notar tendría que llevar más que un busco del santo.
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