Por Nidia Marín
Tristemente Brasil y México tienen el cetro en América Latina de los feminicidios. Doblemente penoso es saber que la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) señala a estas naciones (por cierto, con gobiernos populistas) como los lugares con un gran número de casos de mujeres asesinadas por razones de género.
Hoy se está comprobando con el caso de Victoria Salazar, en Tulum, Quintana Roo, aunque hay que hacer notar que en ese renglón (no en el de la brutalidad policiaca) precisamente los países con mayor número de agresiones hacia las mujeres en el ranking de las tasas más altas por cada 100.000 habitantes, los tienen El Salvador (sí, señor Buckele), Honduras, Bolivia y Guatemala.
No hay consuelo alguno, dicen que desde antes de que se presentara la pandemia por el virus Covid-19 ya teníamos la otra pandemia: las agresiones contra las mujeres no sólo mexicanas, sino extranjeras, ya sea por parte de personas conocidas o… de la policía.
El encierro, por cierto, no ha mejorado las cifras sino, lamentablemente, las ha empeorado ya que, en el caso concreto de México, los datos apuntan a un incremento en los feminicidios, (de acuerdo a Osman y sus colegas de ONU Mujeres México, apoyados en datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública). Sí, 1.932 mujeres fueron asesinadas entre enero y junio de 2020 -más de 10 cada día, o una cada menos de 2 horas y media- si se suman presuntas víctimas de homicidios dolosos y feminicidios. Y esto representa un aumento de casi un 5% respecto a las 1.842 víctimas de ese mismo período en 2019.
De tal manera que el número específico de presuntas víctimas de feminicidio aumentó en un 9.2%: pasó de 448 de enero a junio de 2019, a 489 en igual período de 2020, confirma ONU Mujeres, de acuerdo con los datos oficiales mexicanos.
En México, explican, la tipificación del delito de feminicidio incluye “privar de la vida a una mujer, por razones de género”, independientemente de la relación de la víctima con su agresor.
Las expertas internacionales de ONU Mujeres, dicen también que la pandemia ha generado “riesgos adicionales para mujeres víctimas-sobrevivientes de violencia de género”.
Además, advierte que los servicios esenciales de justicia, salud y servicios sociales han sido interrumpidos. Y el hecho de que las autoridades se concentren en hacer frente a la crisis y hacer cumplir medidas de distanciamiento social, “puede generar mayor impunidad para los perpetradores y, al mismo tiempo, puede resultar en un aumento en la severidad y en la frecuencia de la violencia contra las mujeres”.
Quedarse en casa no solo aumentó el riesgo de sufrir violencia, sino que se expresó en “un incremento de los niveles de crueldad y letalidad por parte del agresor contra las mujeres”. Aquí se debería añadir una frase: incluida la policía.
Y sí, como dicen, consuelo de muchos: consuelo de tontos, pero lo cierto es que la violencia de género, afecta a más de la mitad de la población mundial por lo que no puede ser ignorada.
De acuerdo a la organización Ayuda en Acción, en Bolivia 83 mujeres fueron asesinadas entre enero y agosto de 2020. Durante la cuarentena hubo 53 casos.
En Colombia 445 mujeres fueron asesinadas hasta septiembre. En la cuarentena, llegaron a 243 feminicidios, mientras que en Costa Rica, de enero a septiembre de 2020 se registraron10 feminicidios; y en Ecuador, 748 mujeres fueron asesinadas desde 2014 hasta marzo de 2020. Desde el 1 de enero al 2 de marzo del año pasado se contabilizaron 17 feminicidios.
En El Salvador el Observatorio de Violencia de Ormusa registró 71 feminicidios hasta el 13 de agosto de 2020, en tanto que en Guatemala hasta octubre de 2020 reconocía 319 feminicidios y en Honduras hasta septiembre había 195.
México también está en la nefasta contabilización. En 2020 el Observatorio de Feminicidios de México había reportado 724 hasta el mes de septiembre.
A su vez Nicaragua en los primeros 8 meses del año pasado registró 50 feminicidios de acuerdo con el Observatorio Católicas por el Derecho a Decidir, mientras que Paraguay, hasta agosto contabilizaba 20, y Perú, hasta octubre llevaba 100 casos.
Finalmente, en Venezuela 172 mujeres fueron asesinadas por violencia de género en los primeros ocho meses del año pasado.
Efectivamente esto, incluido el asesinato de Victoria por policías, ya es una pandemia.