La Fatalidad Como Ensayo
Por Horacio Armando Hernández Orozco
“El Jorobado de Notre Dame” (“Hunchback of Notre Dame”), película estadounidense de 1939, dirigida por William Dieterle, basada en la novela de Víctor Hugo de 1831, protagonizada por Charles Laughton (Quasimodo), Sir Cedric Hardwicke (Jean Frollo), Thomas Mitchell (Clopin), Maureen O’Hara (Esmeralda), Edmond O’Brien (Pierre Gringoire), Walter Hampden (Arzobispo Claude Frollo), Alan Marshal (Capitán Phoebus) y Harry Davenport (Rey Luis XI).
Al final del siglo XV, la Edad Media llegó a su fin y en Europa inician grandes cambios; Francia ha sido devastada por cien años de guerra; en París conviven un pueblo ignorante, un aparente rey comprensivo, un juez malvado y una comuna de mendigos, frente a dos personajes marginados: la gitana Esmeralda y Quasimodo, el jorobado campanero de Notre Dame.
Víctor Hugo sitúa la trama de su novela diez años antes de la expedición de Colón, y busca enfatizar lo ignorante y prejuiciosa que era la sociedad parisina de esa época, tomando como pretexto los eventos que aún se gestaban frente a la catedral de Notre Dame.
UN REY, UN JUEZ Y UNA GITANA.
El rey Luis XI y Jean Frollo, presidente del Tribunal Supremo de París, visitan un taller gráfico, donde les muestran una imprenta; Frollo la considera como algo malvado, pues es peligroso que el pueblo tenga acceso a los libros; ese día es la celebración de la Fiesta de los locos, Quasimodo, es coronado como el Rey, mientras Esmeralda baila frente a una audiencia de personas.
Esta es la presentación de los tres personajes principales de la película y de la vida parisina, Frollo representa a las instituciones francesas, a la resistencia al cambio y a la estabilidad, mientras que Esmeralda representa, no propiamente al pueblo, sino a las masas marginadas e inconformes con el gobierno que desean un cambio, pero no pueden ser factor de ello, y Quasimodo es ese conglomerado incapaz de decidir de qué lado está, pues por una parte es protegido por el gobierno y por otra víctima de su opresión.
UN VASO DE AGUA Y UNA CONDENA NO SE LE NIEGA A NADIE
Esmeralda es atrapada por los guardias, pues la ley prohíbe a los gitanos entrar a París sin permiso, ella busca asilo en Notre Dame, donde el Arzobispo Claude la protege; Frollo la lleva al campanario, pero al ver a Quasimodo huye aterrada y éste la persigue, el capitán Phoebus lo captura y es llevado a la Corte.
La breve escena de la Corte parisina, no sólo muestra que la justicia es ciega sino también sorda, pues el letrado que va a juzgar a Quasimodo es sordo, quien también lo es a causa del repicar de las grandes campanas de Notre Dame, y así sin haber escuchado la versión del acusado, es sentenciado a ser azotado en la plaza y a estar amarrado a la picota durante una hora; Quasimodo en plena humillación pública pide agua, pero todos se burlan de él, hasta que Esmeralda le da de beber.
Son múltiples los relatos que dan cuenta de la expedites de los procesos en la Edad Media, pero como resultado de ello, la injusticia de sus resoluciones.
ORDALÍA O TORTURA
Gringoire irrumpe en la Corte de los Milagros, llamada así pues ahí los ciegos ven y los cojos caminan; al ser sorprendido está a punto de ser ahorcado por los mendigos bajo las órdenes de Clopin, hasta que Esmeralda lo salva; esa misma noche, ella es invitada por los nobles a una fiesta, en donde Frollo le confiesa su lujuria, pero la joven está enamorada de Phoebus, quien es apuñalado por Frollo; la gitana es acusada erróneamente de su muerte.
Aquí viene el segundo juicio. En esta ocasión Frollo preside la audiencia y como Esmeralda no confiesa, ordena que la torturen; el rey Luis XI se presenta a la sala de audiencias y le ofrece una ordalía, en la que con los ojos vendados debe elegir una de las dos dagas colocadas sobre una mesa: si es elegida su propia daga indicará su culpabilidad, si es la daga del rey demostrará su inocencia; ella elige su daga, así que Frollo ordena que la cuelguen en la horca por hechicera.
La ordalía o Juicio de Dios era una institución jurídica vigente hasta finales de la Edad Media en Europa, que consistía en invocar y en interpretar el juicio de la divinidad a través de sensibles ritos y, de cuyo resultado se infería la inocencia o la culpabilidad del acusado; este carácter mágico e irracional de las ordalías hizo que fueran siendo sustituidas por la tortura a partir de la recepción del derecho romano en el siglo XII; en la película se muestran los dos métodos para determinar la culpabilidad o inocencia del acusado.
EL DERECHO DE ASILO
Esmeralda es llevada a Notre Dame para hacer penitencia pública, pero el Arzobispo reclama su inocencia y no lo permite; por lo que Frollo ordena que sea ahorcada, Quasimodo la salva y la interna a la catedral gritando “Asilo, Asilo, Asilo”.
Justiniano afirmaba que la inmunidad de los templos no se concede por la ley a los que hacen daño, sino a los oprimidos, y bajo esta fórmula el derecho de asilo era brindado por la Iglesia Católica; Víctor Hugo en su novela escribía: “En el recinto de Nuestra Señora, la condenada era, en efecto, inviolable, pues la catedral era un lugar de asilo y toda la justicia humana expiraba en sus umbrales».
El asilo de las iglesias o asilo eclesiástico, es institución reconocida por el Derecho Canónico, y sus raíces históricas están en la hospitalidad y protección que daban los antiguos egipcios y griegos en sus templos a cualquier perseguido por la justicia. Esta costumbre fue adoptada por la Iglesia Cristiana.
UN PLIEGO Y UNA PROTESTA PÚBLICA
Gringoire y Clopin se dan cuenta de que los nobles planean revocar el derecho de asilo de Notre Dame, ambos intentan diferentes vías para salvar a Esmeralda. Gringoire escribe una petición al rey para evitar que esto suceda, y Clopin lleva a los mendigos a asaltar la catedral.
El rey Luis XI se preocupa de que una multitud proteste contra la eliminación de la ley del santuario de Notre Dame, y el pliego petitorio está creando una opinión pública, que puede influir en los reyes para tomar decisiones.
Al final, Frollo confiesa su crimen, Quasimodo lo arroja por la parte superior de la catedral y Esmeralda es indultada; obvio, los gitanos creen que fue por su rebeldía, Gringoire por su pliego petitorio, pero ¿acaso no será que el Rey les hizo creer que su decisión se basó en ambos actos, cuando lo cierto es que evitaba una sublevación mayor?
La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…