De “Los Cinco Lobitos” que Aullaban a la Luna y la Nueva Reforma Laboral ¿Será?

Los Dados de Dios

*Dos Lecheros, un Chofer, un Profesor y…

*Gremios: Hasta el de las Aves Canoras

*¿Cantarán las Golondrinas a la CTM o…?

*Nació Vs Napoleón Morones y ¡oh Ironía!

*Va Hacia el Senado la Reforma Laboral

Por Nidia Marín

Y los coros que entonan “Las Golondrinas” se escuchan aquí y allá: ¿A dónde irá veloz y fatigada?… la CTM. Sí, después de 84 años de aglutinar el poder obrero se miran agotados. ¿Adiós?

Luis Napoleón Morales, Fidel Velázquez, Leonardo Rodriguez Alcaine, Joaquin Gamboa y Carlos Aceves del Olmo.

“¡Oh, si en el viento, se hallara extraviada! / buscando abrigo y no lo encontrará”. Quizás no.

Pero todo ha cambiado. Los líderes obreros ya no son como los pintan. Antes venían de abajo, del pueblo, como los dos lecheros, Fidel Velázquez, y Alfonso Sánchez Madariaga; un chofer de limpia y de la línea de transportes urbanos “Niño Perdido”, Fernando Amilpa; un profesor, Vicente Lombardo Toledano; un obrero y soldado raso en los Batallones Rojos que comandaba el Doctor Atl, Jesús Yurén; y un chofer de la ruta de transportes de pasajeros “Lomas de Chapultepec”, Rafael Quintero.

Eran “Los Cinco Lobitos” aullándole a la luna… ¿Por qué lobitos y no tigres?

Relatan que al rechazar la antigua CROM la enésima reelección del Secretario General de la Federación de Sindicatos Obreros del Distrito Federal, adherida a la central dirigida por Luis Napoleón Morones (¡oh! Ironía en el siglo XXI, otro Napoleón se encumbrará) quien en agitada asamblea denunció la rebelde actitud de aquellos dirigentes que renunciaban a seguir perteneciendo a las filas de la Confederación Regional Obrera Mexicana, mientras los jóvenes rebeldes salían del salón y algunos obreros gritaban que se quedaran…

– ¡Déjenlos que se vayan, compañeros!, ¡Solo es la pelusa que se va! ¡Son cinco miserables lombrices, que al marcharse dejaran crecer con mayor libertad el frondoso árbol de nuestra gloriosa CROM!– exclamó Morones, su Secretario General.

– ¡No compañero Morones, no son cinco lombrices, por el contrario, son cinco lobitos que al crecer le comerán a usted el mandado!–, lanzó una voz anónima. Y se lo comieron.

La versión de Fidel Velázquez en una entrevista con don Mario Vázquez Raña fue:

“Nosotros y los tranviarios hicimos causa común y en el mismo salón de la Federación en la que se estaba celebrando la asamblea y asistía Morones lo mandamos a la chingada apoyados por los tranviarios y sus garrotes de los pasamanos. Irrumpimos en el salón donde se llevaba a cabo la asamblea, correteamos a Morones y después constituimos la Federación de Trabajadores del Distrito Federal con estas organizaciones”.

En dicha entrevista explicó que la señalada Federación se conformó “con tranviarios, empleados de comercio y el Sindicato de la Industria Lechera e inventamos otros sindicatos” e inclusive un “sindicato de las aves canoras”.

Esos, “Los Cinco Lobitos”, desde la Confederación de Trabajadores de México, llevaron a cabo destapes presidenciales, luchas, purgas, escisiones, triunfos y derrotas.

Esto ya quedó en la historia. El parteaguas sobrevino con la marcha a otros mundos de Fidel Velázquez Sánchez, en junio de 1997, no obstante que el último en partir fue Sánchez Madariaga, en abril de 1999, a los 94 años de edad.

Llegaron nuevos dirigentes como el electricista Leonardo Rodríguez Alcaine, pero otros que no eran obreros: Joaquín Gamboa Pascoe, un abogado y Carlos Aceves del Olmo (sexto secretario de la CTM) más bien diplomático en el rubro sindical.

Y se desataron los demonios. Y otros adioses. El telefonista Francisco Hernández Juárez emigró del Congreso del Trabajo y conformó la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), mientras surgían aquí allá sindicatos independientes. Ya no se sabe ni cuantos hay. ¿O sí?

El 30 de octubre de 2018, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto del presidente Enrique Peña Nieto con el artículo único que dice a la letra: “Se aprueba el Convenio 98 relativo a la Aplicación de los Principios del Derecho de Sindicación y de Negociación Colectiva, adoptado en Ginebra el primero de julio de mil novecientos cuarenta y nueve”.

El Convenio 98, de la Organización Internacional del Trabajo (a lo que se refería la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi) señala la Aplicación de los Principios del Derecho de Sindicación y de Negociación Colectiva.

El pasado 11 de abril, la Cámara de Diputados aprobó en lo general y en lo particular, el dictamen que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de las leyes Federal del Trabajo, Orgánica del Poder Judicial de la Federación, Federal de la Defensoría Pública, del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, y del Instituto Mexicano del Seguro Social, en materia de justicia laboral, libertad sindical y negociación colectiva.

Crea el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, que será descentralizado del gobierno federal, los centros de conciliación de las entidades federativas, que tendrán la atribución de realizar la conciliación en el ámbito local y advierte que los servidores públicos que retrasen, influyan u obstruyan en el procedimiento de registros sindicales y de contratos colectivos y de reglamentos interiores de trabajo en favor o en contra de una de las partes, se les impondrá multa de 100 a 1000 Unidades de Medida y Actualización.

También se crean los tribunales del Poder Judicial de la Federación y los de las entidades federativas y, además refiere que los integrantes de sindicatos, federaciones y confederaciones tienen los derechos de libre afiliación y de participación al interior de éstas e implica que no pueden ser obligados a formar parte de algún sindicato, federación o confederación.

Falta la decisión del Senado, donde sí hay contrapesos.

Y al final de cuentas…

“…también yo estoy / en la región perdida/ ¡oh cielo santo! y sin poder volar”.

 

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