En últimas fechas, el volcán Popocatépetl ha presentado actividad y va en aumento. De acuerdo con especialistas del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), hay incremento de exhalaciones y sismos vulcano-tectónicos de magnitudes mayores a lo visto en los últimos 24 años.
Está subiendo una cantidad importante de magma y, “dentro de meses, un año o pasado mañana”, podría presentar una actividad aún más importante de la que ha tenido, explicó Ramón Espinasa Pereña, subdirector de Riesgos Volcánicos de la Dirección de Investigación del Cenapred.
Son casi dos décadas, está por cumplir 25 años de actividad el Popo desde diciembre de 1994, desde entonces y hasta ahorita se han formado 82 domos, es un numero bastante elevado, pero lo alarmante es que, si se han formado estos domos en un proceso similar como el que estamos viendo ahorita, en realidad no es algo tan poco común.
Es decir que el volcán lleva muchos años teniendo este tipo de actividad con sus altos y bajos, por lo que desde el 14 de febrero para acá ha estado relativamente incrementada la actividad, con amarillo en fase 3, que quiere decir que el volcán está activo y teniendo erupciones y toda el área de afectación es básicamente el cono, dentro de lo que es el radio de exclusión de dos kilómetros.
Respecto al peligro que representa el coloso para los habitantes de las zonas aledañas de Estado de México, Morelos y Puebla, dijo que mientras se mantengan lejos de las zonas de exclusión, fuera de los 2 kilómetros del cráter, no hay ningún peligro.
El exhorto constante del CENAPRED es que la gente no se acerque a menos de 12 kilómetros y bueno, las poblaciones que viven más cerca ya conocen las recomendaciones en caso ante la caída de ceniza, como es procurar tener cubrebocas y tapar recientes de agua y comida, ya que las partículas de ceniza son peligrosas y dañinas a los pulmones.
De momento seguiremos viendo las erupciones de Don Goyo, pero por el momento no esperamos una actividad que salga del área de recomendación.
El especialista dijo que, en este caso, hay una buena noticia, pues es factible predecir una erupción mayor a partir de datos de monitoreo con una red que funciona bien, gracias a un proyecto de reinstalación de estaciones y colocación de sismógrafos de pozo, en lugar de sismógrafos de superficie.
Actualmente, operan seis estaciones en el cono del volcán y en las próximas semanas se colocarán otras cuatro, más abajo.