Durante más de medio siglo la Compañía Nacional de Danza (CND) ha sido el espacio de desarrollo de miles de bailarines, coreógrafos y maestros, que enriquecieron el quehacer artístico nacional con propuestas clásicas e innovadoras.
Con motivo del aniversario de la compañía, celebrado el 26 de noviembre, Cuauhtémoc Nájera, codirector artístico de la agrupación junto con Elisa Carrillo, expresó que la CND se ha caracterizado por ser incluyente y un abanico de posibilidades que permite entregar al público propuestas de calidad con líneas artísticas muy diferentes
Añadió que otra de las filosofías de la agrupación es “representar con el nivel técnico más alto el repertorio tradicional y ser un lugar para la creación, donde los coreógrafos puedan experimentar y crear, pero también ver la posibilidad de dialogar con otros creadores de calidad internacional, como fue trabajar con Nacho Duato, el año pasado.
“Nuestras líneas de trabajo son diferentes, pero dan un sentido a la compañía de ser un organismo completo, tanto en lo más tradicional como en lo más novedoso. Hacemos todo lo necesario para impulsar a nuestros bailarines, con el fin de que tengan una carrera internacional, de que viajen y tengan contacto con otras figuras, pero lo más importante es el público.”
Cuauhtémoc Nájera sostuvo que la compañía ha contribuido en el desarrollo de muchas figuras que usaron a la agrupación como un primer paso para luego tener una carrera internacional. Mencionó el caso de Nellie Happee, fundadora de la CND, quien encontró ahí un espacio de desarrollo; también recordó a Felipe Segura, Guillermo Arriaga y Laura Urdapilleta, entre otros.
“La compañía le dio la oportunidad también a muchos bailarines que luego hicieron carrera de forma internacional, como Jaime Vargas, quien terminó su carrera en Canadá como primer bailarín. La CND ha sido un sitio muy importante en la historia de los bailarines, coreógrafos y maestros.”
Para celebrar sus 57 años de vida, la CND ofreció el viernes pasado una gala digital en la cuenta de Facebook Live del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, cuyo programa estuvo dedicado a Guillermina Bravo, por el centenario de su natalicio; Nellie Campobello, en el contexto de su 120 aniversario natal, y a Gloria Contreras, por su quinto aniversario luctuoso.
Nájera comentó que con las presentaciones virtuales, debido a la pandemia, han mantenido contacto con el público y que durante este año han desarrollado varios proyectos con el uso de nuevas tecnologías.
Dentro de la gala digital se presentó La muerte del cisne, de Michele Fokine, con música de Camille Saint-Saëns e interpretación de la primera bailarina Mayuko Nihei, y la maestra y coreógrafa Rosario Murillo montó el segundo movimiento del Concierto para violín, con música de Chaikovski, que tuvo como escenario la sala principal del Palacio de Bellas Artes.
La programación se complementó con el estreno de cuatro pequeñas obras que exploran el arte de la composición literaria a través de la expresión dancística, para cuya realización los coreógrafos escogieron un texto que acompañara la pieza, explicó Nájera.
Como parte de la gala se presentó un video realizado en marzo por algunas de las bailarinas en protesta por la violencia contra las mujeres, así como la obra Covid-19: 19 minutos de danza, homenaje que la CND transmitió en septiembre pasado en memoria de los fallecidos durante la pandemia.
En entrevista, Nájera adelantó que la compañía y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes preparan una sorpresa para el público relacionada con el ballet del Cascanueces y la Navidad, pero los detalles se darán a conocer en los próximos días.
Desde su creación, la compañía se ha esforzado en llevar lo mejor del repertorio a diversos públicos y al mayor número de entidades del país. Cuenta con alrededor de 150 obras de repertorio, pero hay algunas piezas en particular que le han permitido colocarse en la escena nacional, incluso a escala internacional, por la particularidad de sus montajes.