Rompiendo las Normas y Sueños También

Del Cine y las Leyes

Por Horacio Armando Hernández Orozco

Rompiendo las Normas (Misbehaviour), película británica dirigida por Philippa Lowthorpe y protagonizada por Keira Knightley (Sally Alexander), Gugu Mbatha-Raw (Jennifer Hosten – Miss Granada), Jessie Buckley (Jo Robinson), Lesley Manville (Dolores Hope), Greg Kinnear (Bob Hope), Keeley Hawes (Julia Morley), Rhys Ifans (Eric Morley) y Loreece Harrison (Pearl Jansen – Miss África del Sur); estrenada en el Reino Unido el 13 de marzo de 2020.

Con más de 100 millones de espectadores, Miss Mundo es el programa de televisión más visto en el orbe; la competencia de 1970 será en Londres, y como anfitrión el comediante estadounidense Bob Hope, pero el recién creado «Movimiento de Liberación de Mujeres» tiene otros planes para el evento.

La cinta está basada en hecho reales, y la irrupción de este movimiento feminista en el concurso de Miss Mundo, trajo como consecuencia indirecta que por primera vez se presentaran dos concursantes por un mismo país y que se eligiera a una ganadora de color.

“NO SOMOS HERMOSAS”

Sally lucha contra las actitudes sexistas en su universidad, participa activamente en el grupo de mujeres del campus; bajo su punto de vista, el sistema patriarcal apesta, pero quiere un lugar en el sistema para poder cambiarlo.

Por establishment se entiende al conjunto de personas, instituciones y entidades influyentes en la sociedad o en un campo determinado, que procuran mantener y controlar el orden establecido; resulta paradójico que los ideales de alguien sean contrarios a los que impone el establishment, pero intenta ingresar y pertenecer al mismo para, desde sus entrañas, buscar el cambio.

Al menos así lo piensa Sally, quien en una reunión feminista pide a diversas participantes que no ensucien los bustos de hombres ilustres que rodean la sala; mientras que Jo Robinson, es una feminista radical que rechaza el sistema por completo con pintas y protestas públicas; ella vive en una comuna con mujeres que menosprecian a las feministas burguesas como Sally.

Pero radicales y moderadas harán un buen equipo cuando la protesta de Miss Mundo comienza a tomar forma.

“NO SOMOS FEAS”

50 hermosas mujeres de varias partes del mundo, llenas de emoción, llegan a Londres buscando cumplir su sueño de ganar el concurso, entre las que se encuentran dos concursantes de color, Jennifer Hosten y Pearl Jansen; la primera de Granada, la segunda de África del Sur (no Sudáfrica, puesto que enviaron a una chica blanca y a otra negra).

Pareciera ser, o al menos se da por hecho, que las participantes a este tipo de concursos, son mujeres vanas, superfluas y carentes de empatía con la problemática social, pero la cinta muestra el rostro amable y que no siempre es así.

Jennifer Hosten, se muestra emocionada de estar allí, pero un poco ingenua acerca de su participación, cuando Pearl Jansen le dice: «Ninguna de las dos va a ganar»; pues al menos ella sabe que está ahí para aparentar que el apartheid y del racismo de su país, no es impedimento para que participe en este tipo de eventos, pero tiene impedido hablar de temas políticos, pues antes de subir al avión fue amenazada de que si hablaba de más su familia sufriría las consecuencias.

Es por esto que Pearl está temerosa de regresar a su país, gane o no, pues seguirá viviendo en un sistema racista, y si bien aceptó competir y formar parte de ese establishment, no fue por frivolidad, sino por supervivencia.

La confesión de Pearl tiene un efecto en Jennifer, que en el club nocturno, pasa de una cara pública sonriente a una cara privada triste, su máscara se cae, la presión se apodera de ella.

“ESTAMOS ENOJADAS”

Días antes del evento, en la puerta de las oficinas de Eric Morley, productor del concurso, aparecen carteles con la frase: “No somos hermosas, no somos feas, estamos enojadas”, que es el slogan del movimiento feminista; Eric se cuestiona contra qué clase de patriarcado se inconforman las feministas, y su mujer, Julia, le responde que es el patriarcado que él representa.

La cinta enseña cómo las mujeres «mayores», veían como absurdo luchar contra el patriarcado, y así lo muestra la mamá de Sally, quien le dice si de joven hubiese pensado como ella, lo más seguro es que no tuviese las oportunidades que ahora tiene.

Y curiosamente, los personajes que son parte de esa cultura del patriarcado, se cuestionan sobre los actos de las feministas, pues así sucede con Bob Hope, quien no entiende porque en pleno evento irrumpieron su actuación, pero es su esposa Dolores Hope, le hace ver la realidad de las cosas.

Tanto Eric como Bob son casualmente sexistas, y no advierten sus conductas, que a sus propias esposas les incomodan; ellos representan a la «vieja guardia», que se pregunta por qué estas mujeres quieren arruinar la diversión «inocente» de los concursos.

Una escena memorable y que encierra la dicotomía de la trama se da cuando Jennifer le cuestiona a Sally toda la protesta, y le dice que gracias a su triunfo habrá miles de niñas de color que verán la vida de otra forma; esta idea también se aprecia en ese breve dialogo con Miss Suecia, que se queja con Jennifer sobre cómo las llevan por el escenario como ganado, a lo que Jennifer dice: «Eres una persona muy afortunada si crees que esto está siendo tratado mal»; refiriéndose que las personas de color en verdad la pasan mal y que no tienen las mismas opciones que la gente blanca.

Aunque los concursos de belleza se autodenominan como apolíticos, lo cierto es que no son ajenos a estos temas, al menos así fue en 1970, donde la decisión de las finalistas y de la ganadora se vio envuelta en el feminismo radical, el apartheid y el racismo.

La cinta muestra, que con el argumento de que los concursos de belleza objetivan a las mujeres, el movimiento de liberación feminista intenta boicotear el concurso, pero no se detiene en pensar que muchas de las concursantes reales, provienen de entornos empobrecidos, que ven el concurso como una gran oportunidad de sobresalir.

Es un error dar como un hecho cierto que los concursos son sexistas y groseros, así como concebir a las concursantes banales, pero las escenas de los ensayos del concurso más la camaradería de las concursantes cuentan una historia diferente; y ¿qué pasa si las concursantes no se sienten victimizadas? ¿significa eso que no son feministas?, o al menos ¿no vale la pena escucharlas?

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…

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