*La Ciudad de México, en Alerta
*Nuevo León y Chihuahua, Rojos
*Habrá 20 mil Pruebas Diarias
*Cerrarán Actividades Riesgosas
Por Gerardo Lavalle
Siguiendo la ruta marcada por el epidemiólogo y vocero sanitario del gobierno federal de que “los que tenían que morir se murieron”, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México anunció que permanecerán abiertas las actividades esenciales y a las no esenciales se les modificará los horarios de trabajo, porque de lo contrario la economía se paralizaría y generaría graves daños.
Es decir, primero la producción de dinero y después el cuidado de las vidas humanas.
Con 17 mil 256 fallecidos y 196 mil 28 contagios, con la capacidad hospitalaria ocupada en 48 por ciento y el cierre de actividades no esenciales, la Ciudad de México sigue los pasos de Nuevo León y Chihuahua en donde Covid-19 repuntó de manera alarmante y sus nosocomios se encuentran saturados.
El relajamiento de las medidas preventivas –lavado de manos, uso de gel, cubrebocas y mascarilla además de sana distancia y evitar reuniones masivas- sorprendió a las autoridades no solamente de estas tres entidades sino de siete más que se encuentran en semáforo naranja y hay anuncios de que podrían regresar al rojo. Con excepción de Chiapas, el resto de las entidades federativas se mantienen en naranja y escasas en amarillo.
Al cierre de esta edición -27 de noviembre- se contabilizaban 104 mil 242 defunciones y un millón 78 mil 594 contagios.
Las voces de los científicos mexicanos y de diversos países del mundo han coincidido en que la estrategia seguida por el gobierno de México no es la adecuada y que de continuar por el mismo sendero el número de fallecidos podría alcanzar los 300 mil, una cifra impensable en marzo pasado, cuando el presidente López presumía que el país estaba preparado “desde hace tres meses” para hacerle frente a la pandemia del coronavirus y el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell pronosticaba un número de 6 mil muertos como máximo.
A la fecha, el presidente insiste en que todo “se ha hecho bien y no vamos a cambiar solo porque lo exigen nuestros adversarios”, lo que representa que la población está a su libre albedrío y la responsabilidad de enfermar y morir es de las personas y no de la autoridad.
Durante la semana pasada, el secretario de Exteriores, Marcelo Ebrard dio a conocer que en a finales de diciembre –es decir en uno 25 días más- comenzará la vacunación masiva para inmunizar a los mexicanos.
Su información no contempló el documento que Oxford y Astra-Zeneca dieron a conocer y que precisa que su vacuna parecía tener un 62% de efectividad en personas que recibieron dos dosis y un 90% de efectividad cuando los voluntarios recibieron media dosis seguida de una dosis completa. Más tarde reconocieron que un problema de fabricación había dado lugar a la administración errónea de media dosis como primera dosis a algunos participantes.
Por su parte, el secretario de Hacienda, Arturo Gutiérrez anunció que se comprarán 50 millones de jeringas y advirtió, sin embargo, que el mayor problema será la logística para la aplicación de la vacuna.
INFORME IMPORTANTE
A la semana 19 de que la Ciudad de México se encuentra en semáforo amarillo –un grado inferior al rojo que indica el alto riesgo de contagio y mortalidad- y durante las cuales se abrieron bares, restaurantes, gimnasios, cines, teatros para “reactivar la economía”, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum externó: “Es importante que la ciudadanía sepa que está creciendo el número de hospitalizaciones y que sólo entre todos, y a pesar de que ya llevamos muchos meses con la pandemia, vamos a poder regresar una situación que no sea así, sin necesidad, a lo mejor las grandes restricciones que tuvimos en abril y mayo”.
El planteamiento muestra no solo el riesgo de que los fallecimientos aumenten y los contagios se multipliquen, sino que la economía se verá frenada de nueva cuenta con el consiguiente desempleo.
“… a lo mejor las grandes restricciones que tuvimos en abril y mayo” implica que volveremos al tiempo de que el aislamiento voluntario rompió familias, quebró empresas y comercios y orilló al cierre de 500 mil empresas en todo el país, de las cuales unas 38 mil no volverán a operar.
La pandemia está imparable y no se advierten medidas restrictivas que coadyuven a impedir que siga su dispersión. Porque, como lo reitera López-Gatell los que tenían que morir, murieron. Y en esa ruta, Sheinbaum prioriza la economía a la vida humana, algo que choca con la Guía Ética presentada por el presidente López la semana pasada.