Al pie de la Cruz Lloran los Deudos: Padres, Hijos, Hermanos, Abuelos

Tema Principal

*La Familia Mexicana: Lastimada, Dolida, Indignada

*Este mes: Casi 700 Infectados Cada 24 Horas

*Y Suman Entre 80 y 100 Homicidios Diarios

*Las Ejecuciones son el pan de Cada día en el País

*El Crimen Organizado Vende Insumos Sanitarios

*2020 Cerrará con 1,500.000 Hogares Enlutados

Por Nidia Marín

Y es que al recordar al inolvidable Papa Juan Pablo II: “Como va la familia, así va la nación, así va el mundo en el que todos vivimos”. Efectivamente 2020 ha sido el peor año vivido desde la mitad del siglo XX y lo que va del XXI. Este año cerrará, aseguran, con más de 20 millones de infectados de Covid-19, un millón de muertos y aproximadamente 40 millones de familias afectadas en el orbe. El pasado jueves 9 de julio los infectados alcanzaron los 12 millones de seres humanos.

Con la pena, pero la familia mexicana será una de las que más lo resienta, porque transcurre en el 2020, lastimada, dolida, enlutada, indignada. Sí, en estos tiempos del Coronavirus y los casi 7,000 infectados cada 24 horas, así como los más de 700 muertos al día; en estas épocas del narcotráfico y su letal acción y de los 80 a 100 homicidios diarios.

El sufrimiento abarca todos los hogares de profesionales, trabajadores y campesinos, por ejemplo, los médicos y las enfermeras, por las pésimas condiciones en las que tuvieron que laborar, sin el equipo de protección necesario. Asegura Sofía Ramírez de Aguilar, de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, que en nuestro país aproximadamente 500 trabajadores de la salud han muerto por el virus. Sus familias, indignadas, los lloran. Huérfanos, viudos, viudas, dolientes en general

De igual manera ocurre con los integrantes de las fuerzas armadas. Hasta el 3 de julio pasado había 92 fallecidos, 2,679 contagiados y 383 hospitalizados, de acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional.

¿Cuántos hogares resultarán enlutados por el Covid? ¿Cuántas familias están afectadas sea por el fallecimiento de uno o más de sus integrantes o porque algún miembro de la misma o varios han resultado infectados? ¿Cómo aliviar la profunda tristeza, el intenso anhelo e incluso momentos de profunda soledad?

Cálculos no oficiales indican que a finales del año sumarían aproximadamente 1,500.000 las familias afectadas en el país. Faltan 169 días para que concluya 2020.

En el universo actual (al 5 de julio), se presume que suman casi 100,000 familias mexicanas afectadas, si sólo hubiere un enfermo por cada una (o podrían haber más, como en el caso de Chiapas donde murieron cinco de una familia), pero… multiplíquelo por cuatro que, en general, es el número de la mayoría que integra cada familia o un hogar y que quiérase o no están angustiados y serían 400,000 personas directamente lastimadas.

Los hogares que más están sufriendo (por número) son los de la Ciudad de México donde hay más de 7,000 muertos (principios de julio) y aproximadamente 64,000 los contagiados, es decir 71,000 serían las familias afectadas integradas por 284,000 personas, más o menos.

Lo grave es que no se ve para cuando disminuirán los contagios (algo estamos haciendo mal), porque el mismo 4 de julio se rompió el récord mundial de infición en 24 horas, al sumar 212,318 en un solo día.

Pero… a pesar del Covid y de los criminales, así como de los cambios registrados prevalece aquella frase de William Ross Wallace: “La mano que mece la cuna es la mano que gobierna el mundo”. Sí, la familia sigue siendo el núcleo básico de la sociedad, el punto de partida de las vidas, su nutriente. Hoy una buena parte de ese corazón, de ese cogollo, de esa médula, sufre.

LOS DISTINTOS TIPOS DE HOGARES

En México, existen 30.2 millones de hogares familiares (hay quien señala que son 34.7 millones) clasificados en: 71.7% familia nuclear, compuesta por padres e hijos. 25.8% familia ampliada, integrada por padres, hijos y otros parientes. 2.8% familia compuesta, formada por cualquiera de las anteriores y al menos un integrante sin parentesco.

Los estudios sobre la familia abundan en nuestro país. Por ejemplo, hace algunos años los resultados de la Encuesta Nacional de Familia, llevada a cabo por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, arrojó que ocho de cada diez entrevistados (79.2%) que vivieron su infancia siendo parte de una familia, fueron felices o muy felices. (Hoy, ya no tanto, porque hay miedo al futuro).

Pero la antítesis es que únicamente 31.3% de los que no eran parte de una familia, dijo ser feliz o muy feliz.

En aquel trabajo se hablaba de la importancia de la conformación de las personas que vivieron su infancia dentro de una familia y que contestaron haber sido muy felices, 32.3% tenían como jefe de hogar a su padre; 17.2% a su madre, 14.6% a su abuelo o abuela y 32.2% a ambos padres. ¿Cuántos partieron en 2020?

Si nos dicen la verdad lo sabremos a finales del año, pero las cosas pintan muy mal, porque la política electoral ya tomó posición en la pandemia y Hugo López-Gatell anunció que ya no se darán las cifras de muertos y contagiados todos los días, sino cada tres semanas.

Ello después de que el periodista Víctor Chávez publicara en El Financiero una nota en la cual demostraba que las cifras oficiales del Registro Nacional de Población (Renapo), de la Secretaría de Gobernación, mostraban que la Secretaría de Salud “incurre en un subregistro de 50 por ciento de las muertes originadas por la emergencia sanitaria de coronavirus”.

Señalaba la información que en el conteo entre el 19 de marzo y el 19 de junio López-Gatell dio como cifra de fallecimientos 20,394 y el Renapo 38,815 es decir una diferencia de 46.7 por ciento.

De todos modos, la familia mexicana está sufriendo y, en adelante, estará menos informada ¿Pero, qué tipos de familia tenemos? He ahí el meollo de la profunda polarización de nuestros tiempos mexicanos. Mas, el estudio del IIJ de la UNAM ofrece cierta claridad:

“En cuanto a la percepción de las familias formadas por parejas conyugales del mismo sexo, 23.8% respondió que era aceptable; 25.5% inaceptable y 46.5% que es la decisión de cada quien y debe respetarse”.

En el trabajo del Instituto de Investigaciones Jurídicas los resultados indican que sólo 28.4% de los encuestados contestó que tener hijos es la principal razón para formar una familia. 27.6% respondió “tener compañía”; 24.2%, por amor; 9.4% por apoyo a sus miembros y 8.9% por estabilidad económica, entre otras respuestas.

Y según ese estudio, las principales razones por las cuales el padre o la madre no vivían en familia eran, entre otras, porque la madre del encuestado era madre soltera (35.9%); porque eran huérfanos de padre o madre o ambos progenitores (16%); porque los abandonó su padre (23.4%); porque su padre vivía por trabajo en otro lugar (10.8%); y porque su madre vivía por trabajo en otro lugar (2.6%).

Más…siete de cada diez entrevistados consideran que la familia es un apoyo para lograr lo que se han propuesto en la vida.

LA CRIMINALIDAD A TODO LO QUE DA

Y el narco no da respiro. Tácitamente todo el 2020 ha estado dominado por los muertos de la pandemia y… por aquellos de los carteles. Abril, mayo y junio significaron 6,079 ejecuciones (Lantia Consultores, de Eduardo Guerrero) y si a ello se le suman los restantes de enero, febrero y marzo, por una cantidad muy similar ¡es terrorífico! ¿Cuántas familias y sus integrantes fueron enlutadas?

Sólo súmele, y serían más o menos 48,000 personas que están tristes o a lo mejor iracundas, porque la ira, dicen los psicoanalistas, es una respuesta natural a la pérdida, una sensación que surge cuando alguien importante desaparece de su vida y va dirigida en contra de aquellos que sienten, son responsables o no solidarios, o de Dios por permitir su pérdida, o de quienes estén aparentemente involucrados en acciones destructivas o de maldad.

Y si a ello le añade las noticias que llegan desde Viena, del Servicio Informativo de las Naciones Unidas, estamos fritos. Sí, el aumento repentino en la demanda de insumos médicos para hacer frente a la pandemia de Covid-19 “ha ocasionado una expansión del tráfico de productos falsificados y de baja calidad, de acuerdo con la investigación publicada hoy por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés).

El virus, señalan ha evidenciado las deficiencias de los marcos normativos y jurídicos destinados a prevenir la fabricación y el tráfico de estos productos, tal como señala el informe “El tráfico de productos médicos relacionado con el Covid-19 como una amenaza a la salud pública”.

Y dice la Directora Ejecutiva de la UNODC, la Señora Ghada Waly: “La salud y la vida están en peligro, ya que las redes criminales explotan la crisis por el Covid-19 para sacar provecho de la inquietud pública y la demanda creciente por equipos de protección personal (EPP) y medicinas”.

Además… “Los grupos del crimen organizado transnacional se aprovechan de las lagunas en los reglamentos nacionales para vender productos médicos de baja calidad y falsificados. Necesitamos ayudar a los países a aumentar la cooperación para cerrar las brechas, crear capacidades para hacer cumplir la ley y la justicia penal e incrementar la conciencia pública para mantener a las personas seguras”.

Tales grupos delincuenciales han explotado las incertidumbres que rodean al virus, llenando el vacío en la demanda de productos médicos escasos con productos falsificados y de baja calidad. La falsificación de productos médicos entraña importantes riesgos para la salud pública, pues esos insumos pueden ser inadecuados para tratar una enfermedad y facilitar el desarrollo de la resistencia farmacológica.

Ellos, advierte la UNODC, también se han adaptado rápidamente a las oportunidades que surgen a raíz de la pandemia de Covid-19 para aprovechar las vulnerabilidades y deficiencias de los sistemas de salud y de justicia penal. La evidencia muestra que acontecimientos ilícitos como el fraude, las estafas y las incautaciones que involucran la fabricación y el tráfico de productos médicos de baja calidad y falsificados han seguido a la propagación del virus.

¿Qué más nos podría pasar? Todo, además de que, en este mes de julio, precisamente el día 3, sólo en Irapuato, Guanajuato, en un centro de rehabilitación ubicado en el Camino a Naranjal, Jardines de Aranda, fueron ejecutadas 27 personas. Esto significa más llanto, más ira y mayor impotencia. Ese día también una patrulla de la policía fue emboscada en Jerécuaro y cuatro policías murieron.

Al día siguiente el sábado 4 con granadas de fragmentación y armas propias de los militares fueron atacados vecinos de Celaya con un saldo inicial de 6 muertos.

No, en México no hay guerra, pero como se le parece…

Evidentemente es una guerra, sea entre cárteles y en contra las autoridades. Y queda clara la ausencia de una estrategia nacional en la materia, aunque se diga lo contrario. Y si existiera debería cambiarse porque no funciona. ¿O acaso dejar a tantos delincuentes en libertad es lo que esperan las familias mexicanas?

En 2014 en el Senado de la República se planteó: “La sociedad mexicana se encuentra actualmente lastimada por la violencia, nuestro país es víctima del crecimiento exponencial de la delincuencia en sus diferentes modalidades. Todos los ámbitos de la vida social y económica están siendo afectados por la delincuencia”.

Hoy estamos peor, porque además de los mencionados pesares, también los homicidios no han cesado en la República Mexicana. El semestre cerró con más de 15,600 (de acuerdo a diversas fuentes, entre las cuales está el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública).

En enero fueron, 2,892; en febrero, 2,856; en marzo, 2,585; en abril, 2,492; mayo llegó a 2,423; junio a 2,413. Y julio no se está quedando atrás. Sólo el domingo 5, se registraron en todas las entidades federativas de la República 102 homicidios dolosos. ¡Sí, leyó bien en todos los estados y en la Ciudad de México!

No son, pues, buenos tiempos. Pandemia y crimen están afectando no sólo la salud física, sino la mental de las familias en México.

INVERTIR, NO REGALAR DINERO

Hace unos meses, con motivo del Dia de las Familias que se festeja internacionalmente, el 15 de mayo, la ONU, señaló:

Este año el 25 aniversario de la Declaración de Copenhague y la Plataforma de Acción de Beijing, que se conmemora este año, “se produce en mitad de una de las crisis sociales y de salud mundiales más difíciles a las que se enfrenta todo el mundo.

Resaltó que la pandemia de 2020 “pone de manifiesto la importancia de invertir en políticas sociales que protejan a las personas y familias más vulnerables. Son las familias quienes se llevan la peor parte de la crisis, se ven obligadas a proteger a los miembros de su familia, de cuidar de sus hijos que no pueden asistir a la escuela, y de continuar con sus responsabilidades laborales.

“Las familias se encuentran en el centro de las interacciones intergeneracionales y son nuestro apoyo durante esta crisis. En tiempos de agitación económica, la pobreza se agudiza. Con la incertidumbre, el estrés aumenta, lo que a menudo resulta en una violencia creciente contra las mujeres, las niñas y los niños. Por este motivo, es imperativo que demos el mayor apoyo a las familias vulnerables, a aquellos que han perdido sus ingresos, a los que habitan en viviendas inadecuadas, a los que tienen niños pequeños, personas mayores o miembros con discapacidad a su cargo”.

El organismo internacional también consideró que a pesar de que el concepto de familia se ha transformado en las últimas décadas, y está evolucionando de acuerdo a las tendencias mundiales y los cambios demográficos, “las Naciones Unidas consideran que la familia constituye la unidad básica de la sociedad”.

En el caso de México de acuerdo a los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2018, el promedio del ingreso corriente trimestral por hogar era de 49,610 pesos. La principal fuente de ingreso era por trabajo con 33,382 pesos.

Eso quedó en el pasado, deberán realizar nuevas mediciones para conocer lo que dejó el Covid-19, tras el bárbaro desempleo que alcanza (según Forbes) al 25% de la población.

Se considera que en el país 24.5% de sus habitantes residen en localidades rurales y el 75.5% en localidades urbanas.

Allá y acá hay dolor.

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