En Generación de Empleos, nos Encaminamos Hacia un Sexenio Perdido 

Por Verónica V. González y Arnoldo Piñón

El miércoles 24 de junio, un día después del sismo de 7.5 grados que azotó buena parte del país, amanecimos con la noticia que la empresa española Iberdrola canceló un proyecto para construir una central eléctrica en Tuxpan, Veracruz, con una inversión de 1,200 millones de dólares y que generaría dos mil empleos directos.

México requiere de inversión extranjera para impulsar el crecimiento y el desarrollo, indispensables en la generación de empleos. Desafortunadamente el gobierno federal mantiene una política contraria a la participación de capital externo -es especialmente crítico con el rey emérito Juan Carlos I-, como si no estuviésemos urgidos de ofrecerles alternativas de empleo a nuestros jóvenes.

Cada año tenemos necesidad de crear un millón 200 mil nuevas plazas laborales sólo para darles oportunidad de vida a los jóvenes que se incorporan a la Población Económicamente Activa.

En los últimos tres meses, como consecuencia de la pandemia de Covid-19, se han perdido poco más de un millón de empleos, de los cuales unos 272 corresponden a la Ciudad de México.

Si a esas cifras le sumamos que durante 2019 se crearon algo así como 170 mil nuevas fuentes de trabajo, es evidente que no debiéramos darnos el lujo de ahuyentar la inversión extranjera productiva, como lo es el proyecto de Ibedrola. Es darnos un balazo en el pie, al cancelar oportunidades de vida a nuestros jóvenes.

Las expectativas que tenemos son más que pesimistas: el Fondo Monetario Internacional calcula que la caída del Producto Interno Bruto (PIB) del país va a tener un decrecimiento del 10.5 por ciento el presente año.

En sólo dos meses el pronóstico pasó de una caída que se estimó sería el 6.6 por ciento en abril, a 3.9 porcentuales más en junio. Cada punto porcentual adicional en la caída el PIB representa unos 200 mil empleos.

México retrocederá más que el conjunto de América Latina, la que se pronostica tendrá un decrecimiento de 9.4 por ciento, mientras que el mundo en su conjunto será de 4.9 por ciento.

Y todavía nos damos el lujo de espantar inversiones. Iberdrola se suma a la cervecera Constellation Brand y a la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, con lo que se nos esfumaron empleos que el país requiere con urgencia.

Sin crecimiento, es prácticamente imposible, por más que se nos pretenda convencer de lo contrario, generar desarrollo. Es evidente que las políticas públicas en la materia están fallando. El problema es que se privilegian intereses electorales ante el temor de que Morena, el partido en el gobierno, pierda en 2021 la mayoría en la Cámara de Diputados.

En las semanas recientes se habló que este año se crearían dos mil millones de nuevos empleos. Es un espejismo. En esa cifra incluyeron el programa “Jóvenes construyendo el futuro”, a los que se les garantiza un ingreso por un año, no cotizan en seguridad social y no generan antigüedad, por lo que no puede considerarse realmente un trabajo.

Eso sí, le sirve de plataforma a la secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde Luján para ir construyendo su eventual candidatura a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en 2024. Debiera estar más preocupada por diseñar y aplicar políticas de fomento al empleo, y no pensar en el futurismo político todavía muy lejano.

A la señorita Alcalde Luján parece servirle poco que su sus papas, Berta Luján y Arturo Alcalde, hayan participado durante años en el sindicalismo, incluido el Frente Auténtico del Trabajo, porque parece que pasará a la historia como la encargada de la política laboral con un saldo negativo en la generación de nuevos empleos. Un sexenio perdido en la materia.

PARA LA AGENDA

Sergio Antonio López Montecino, director general de Administración de Personal del gobierno de la CDMX, parece que deberá dar por olvidada su pretensión de que las secciones que conforman el sindicato de los trabajadores sean manejadas por directorios, con la finalidad de debilitar su gestión. Y es que pasado 25 de marzo, el presidente de la FSTSE, Joel Ayala Almeida, promovió ante el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje que las secretarias generales de las secciones 39 y 23, Rocío Franzoni y Verónica Moreno que concluyen sus gestiones en junio y julio, se mantengan en sus cargos hasta que superemos la pandemia del Covid-19 y se pueda convocar a elecciones. Es posible que el distinguidísimo Plácido Morales, presidente del TFCyA, considere conveniente con ceder, con lo que contribuirá nuevamente a que se siga complicando el conflicto jurídico, toda vez que los estatutos sindicales son muy claros al respecto… Por cierto, si el gobierno de la doctora Claudia Sheinbaum es muy transparente, debieran ordenarle a su subordinado López Montecino dar a conocer el número de comisiones sindicales que le ha entregado a Ricardo Anguiano, quien con ellas busca atraer apoyos para, según cree, debilitar el liderazgo de Hugo Alonso Ortiz en la sección 1 “Limpia y transportes”… En los primeros meses del próximo año concluirá la gestión de Jacinto Gaona al frente de la sección 2 “Construcción y operación hidráulica”, ¿buscará ser reelecto…?

 

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