Por Jesús Michel Narváez
Con el objetivo de «a ayudar mucho para seguir adelante en la transformación de México», el presidente López anunció un enroque en su gabinete: la subsecretaria de Gobernación, Diana Álvarez Maury es desde ya nueva directora general Banco del Bienestar y el exdirector, Rabindranath Salazar, ocupará el cargo de su sucesora. Enroque a secas.
No queda claro en que se fundamenta la expresión presidencial de que con el cambio se avanzará en el proyecto político de la 4t.
Un perfil de la nueva banquera realizado por Paula Selene de Anda y César Colunga rebela
rebela en dos puntos fundamentales una corta historia:
1.- 49 AÑOS / DIANA ÁLVAREZ MAURY / Nació en la CDMX / Licenciada en Derecho por el ITAM / Su semblanza habla de una maestría en Administración de Empresas, pero no hay constancia de ello en la SEP / Aspirante a la SCJN
EN RADIOGRAFÍA
Su complexión es mesomórfica, es decir, de cintura estrecha y de tronco largo. Tienden a ser de músculos definidos, por lo que genera una sensación de poder o energía. Pese a poder ser bajos de estatura, dan la percepción de fuerza.
Su forma de hablar es clara, aunque requiere mejorar el ritmo, sobre todo cuando lee, ya que hace muchas pausas; realiza pocos énfasis, el volumen de su voz tiende a lo bajo y agudo, lo que le impide conectar con la emoción primaria de los escuchas.
Hasta ahí parte del perfil. Las mayúsculas y negritas están en el texto original.
Sin entrar en detalles que nadie conoce, la itamita –como llamó el presidente a los estudiantes del ITAM- sí hay que observar que la nueva banquera no muestra en su currículum experiencia en manejo de dineros.
El Banco del Bienestar –durante décadas de llamó Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros, S.N.C. Bansefi, por su acrónimo- está enfocado a convertirse en la institución con más sucursales en el país. De acuerdo a los estimados de Hacienda podrá llegar a tener hasta 2 mil 400 en todo el país. El fundamento para su operación es que será el encargado de dispersar los recursos de los programas sociales.
Nadie ha explicado cómo le harán para que en sitios en donde no hay internet se pueda conectar una central y el banco sea eficiente en su operación.
Tampoco se ha informado si contará con cajeros automáticos que puedan leer las tarjetas que distribuye la Secretaría de Bienestar a través de Banco Azteca y si le quitará el contrato que se le otorgó al inicio del año pasado.
En política los enroques son para salvar al Rey sin descuidar a la reina. Se sacrifican peones, caballos, alfiles y hasta torres en aras de evitar el jaque mate. ¿A quién le aplicaron la muerte?
No hay que ser genio para descubrirlo. A ver si la nueva banquera resulta lo suficientemente lista para que el Banco del Bienestar no llegue a la bancarrota.
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