Por Jesús Michel Narváez
Ahorrar no es una necesidad de los mexicanos. Gastar es un modo de mostrar estatus. Sin embargo y por ley, los mexicanos comenzamos a destinar parte de nuestros salarios al ahorro y para ello se crearon las Afores que, controladas por la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR) y en ellas se fueron depositando lo posible no lo deseable.
Hasta ahora los especialistas en la materia han señalado que la primera generación que podrá jubilarse el próximo año no recibirá más del 30 por ciento del salario que gana actualmente.
Poco dinero para echarse a la siesta. Pero, como diría el científico “algo es algo”.
Para nadie es un secreto, porque además lo ha mencionado el presidente López en alguna de sus mañaneras, el diputado de Morena, Edelmiro Santiago Santos Díaz presentó el 21 de abril pasado –en la crisis del Covid-19- una iniciativa para reformar la Ley de los Sistema de Ahorro para el Retiro y cuyo fondo es que el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (BANSEFI) administre los recursos de los trabajadores despareciendo todo el sistema que hasta ahora ha operado.
Se trata, en síntesis, de que el Gobierno administre y disponga del dinero que no es del Estado, que no se generó vía impuestos y que es intocable… hasta ahora.
Porque Mario Delgado, el jefe político de Morena en la Cámara de Diputados ya anunció otra iniciativa: que los trabajadores rompan sus alcancías y dispongan de sus ahorros hasta 4 salarios mínimos en un lapso de 4 meses “para paliar la crisis generada por la pandemia sanitaria que vive el país”.
Nada loable la propuesta. El Gobierno no tiene un seguro de desempleo que permita, como en Estados Unidos (Wolfers), solventar los requerimientos de las personas mientras encuentran en dónde trabajar.
Aquí todo el recurso de programas sociales está destinado a los becarios, a los sembradores de vida, al ejército de Siervos de la Nación, a los adultos mayores –cuyas pensiones no han recibido cuando menos 3 millones de ellos- y otros que se han quedado sin los apoyos porque la crisis sanitaria ha requerido de echar mano de todo lo que exista y aunque no esté disponible.
Las propuestas primero de Edelmiro y después de Delgado vislumbran que en la 4t quieren dejar sin dinero a los trabajadores para cuando tengan edad y necesidad de jubilarse.
¿Por qué el humanista gobierno no atiende, aunque sea de mínima manera, a quienes perdieron el empleo y llevan dos meses sin recibir salario?
Grave si transitan las dos iniciativas. Los que padecerán son los trabajadores no los funcionarios honestos, valientes, incorruptibles y transformadores.
Usted ya lo sabe: el hilo se rompe por lo más Delgado.
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