Morena: ¿El Partido del Presidente?

Artículo Invitado

*Los Líderes Están Enquistados en el Movimiento

*Lo Electoral no es en Base a una Institución Sino al Caudillo

*Encarnizadas Diferencias Derivadas en Conflictos Internos

*La Lucha Intestina y las Posturas Incongruentes y Fratricidas

Por Alejandro Zapata Perogordo

En su momento el Presidente López Obrador abandonó las filas perredistas cuando se percató que no podía tener un control del Partido. Decidió crear otra opción que le permitiera contar con una plataforma electoral donde fuera el líder absoluto, dando origen al movimiento de regeneración nacional.

Fue una estrategia hábil e ingeniosa en aras de continuar armando el escenario rumbo a la presidencia, sin distracciones ni desgastes provenientes de la conflictividad partidista, pues esa dinámica le acarreaban dificultades en su propósito y sabedor de su fortaleza política prefirió tomar distancia y jugársela por otro lado.

La formación de MORENA y su constitución como partido político le abrió las puertas en la reconfiguración de un movimiento sociopolítico con un solo objetivo: ganar las elecciones para la Presidencia de la República. La construcción de alianzas con líderes y partidos de muy disímbolas ideologías, pensamientos, formas de actuar y de conductas diversas, quienes se vieron inmersos en el objetivo común, que finalmente se consiguió, le redituaron en su momento beneficios, aunque siguen enquistados en el movimiento.

Desde esa perspectiva es dable decir que los sufragios a favor de MORENA no fueron para el Partido Político, sino que ese apoyo iba directamente a líder del movimiento López Obrador, así el fenómeno electoral no es en base a una institución sino al caudillo, que utiliza la formalidad de la organización creando una simbiosis entre el medio utilizado y el fin personal perseguido. En esa constante la fortaleza de MORENA reside en la figura del jefe supremo.

Y desde esa óptica son entendibles las encarnizadas diferencias que han derivado en conflictos internos por la dirigencia del partido entre los morenistas. En principio se advierte que la unión se debió a un movimiento político-electoral y no precisamente a la formación de una institución partidista, las reglas y los cargos se decidían e imponían desde el ámbito supremo.

Por otra parte, la crisis ideológica y ahora la lucha intestina por el poder los conduce a posturas hibridas, incongruentes y fratricidas, a grado tal, que aunado a que carecen de una consistencia institucional, también padecen de una falta de propuesta temática en la agenda nacional, donde únicamente se han sumado con pálidos argumentos a la presentada por el titular del Ejecutivo.

Es evidente que MORENA requiere de su guía para poner orden, sin embargo, el mensaje de distancia del caudillo con su Partido es susceptible de apreciarse de múltiples maneras.

Para nadie es un secreto que las próximas elecciones son cruciales para el régimen actual, por lo tanto, el Presidente requiere y necesita su plataforma electoral, si deja correr las cosas en estos momentos significa un proceso de depuración, de reacomodos, de ajustes y de ubicación, el movimiento político seguirá y la fachada igual.

 

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