Monterrey lo impidió. Impidió con una hazaña de esas que sólo se dan en las finales del futbol mexicano (bueno, no tanto, pero hay que resaltar el trabajo de los regios). Echaron abajo la maldición que indica que Monterrey es el nuevo Cruz Azul luego de perder varias finales en los últimos años.
Hoy Monterrey es campeón y habrá que soportar a sus aficionados porque, en efecto, tienen de qué presumir.
Apenas al minuto tres, Bruno Valdés ya había incrustado la pelota en la portería del Monterrey, sin embargo, la anotación se invalidó por el silbante César Ramos, tras ayudarse con la mano el delantero americanista.
Dos minutos después llegó la anotación de las Águilas por conducto de Federico Viñas, tras una jugada de Renato Ibarra. Aun queriendo integrarse al partido, los jugadores de Monterrey parecieron salir desconectados llegando al minuto 25 la anotación de Roger Martínez para poner el cartón dos goles a cero; sin embargo, el cuerpo técnico de Rayados pidió la revisión de la jugada por una mano que deriva en la jugada del gol, por lo que el silbante auxiliado del VAR, anula el tanto de los azulcremas.
Y no, ni con el gol anulado Monterrey reaccionó. América, al minuto 40, por conducto de Richard Sánchez, los de Coapa se fueron arriba en el marcador dos 2 tantos a 0.
Llegó el segundo tiempo y con él un revulsivo para Monterrey, pues Antonio Mohamed decidió sacar a Rodolfo Pizarro y meter en su lugar a Vincent Janssen. Layún también fue sustituido por César Montes, una medida quizá desesperada por parte del estratega del conjunto regiomontano pues físicamente no estaba al cien por ciento.
Aunque el ritmo del partido bajó un poco a partir del minuto 70, ya con América cuidando un poco más el marcador, Monterrey logró meterse a un encuentro que en el primer tiempo los desdibujó. Roger Sánchez, al minuto 75 cometió una desconcentración que permitió un tanto de Funes Mori poniendo el marcador 2 goles a 1 y metiéndolos de lleno a un partido que parecía perdido para ellos. El marcador estaba empatado en el global a 3 tantos, dándole vida a un Monterrey que necesitó de un ajuste de tuercas para revivir.
Los tiempos extra llegaron y con ellos, parecía que la pila con la que llegó América en el primer tiempo se había trasladado directamente a los jugadores de Monterrey. Anímicamente, los del norte del país se prendieron y dejaron un poco en la lona a los capitalinos. Sin duda, fue el trabajo de los arqueros el que dejó que el enfrentamiento se fuera a penales, instancias de estrés para los jugadores y claro, los aficionados presentes en el Estadio Azteca.
América tuvo en la lona a Monterrey y no mató. Lo pagó en los penales en donde Nicolás Castillo y Guido Rodríguez fallaron sus tiros por América y aunque Estefan erró su tiro, la tanda se definió a favor de los regios. Monterrey es campeón del futbol mexicano y logró lo que nadie pensaba tras ese tanto al minuto cinco de las Águilas: alzarse con la copa de la Liga MX.