Por Jesús Michel Narváez
De que los morenos traen cuerda para todo, la traen.
Cuando no es amenazar a los ciudadanos con la extinción de dominio aunque no se sea culpable o recordar a Lolita –aquella de los impuestos que cambiaba el diminutivo por las dos sílabas- es el anuncio de la iniciativa de ley para que el Gobierno federal cuente con una empresa que comercialice la tan vapuleada marihuana.
Y quién mejor para firmar la propuesta que el jefe político de Morena en San Lázaro, Mario Delgado que sabe y bien que cuenta con la mayoría de sus ovejas –usted póngale el sinónimo- y le darán luz verde.
Regresamos a los tiempos en que el Gobierno compraba fábricas de estufas, ranchos ovejeros y de cerdos; hoteles, líneas aéreas, de autobuses, plantas de asfalto, restaurantes, empresas acereras o vidrieras y todo lo inimaginable.
Ahora no se compran. Se crean.
Seguramente la oficina de la Presidencia de la República, en manos de un empresario –por cierto está comprando terrenos en Paraíso, Tabasco ¿por qué será?- advirtieron que la venta al menudeo de la yerba es un gran negocio en el corto plazo, tal y como lo planteó Vicente Fox al dejar la Presidencia de la República.
Incluso, el guanajuatense organizó foros en su Rancho de San Cristóbal, con invitados de primer nivel, para abordar la cadena de siembra, producción, cosecha y distribución de la verde.
Es probable que Mario Delgado, basado en los “estudios foxianos no palafoxianos” se haya inspirado para redactar la iniciativa que impondrá la moda en el mundo: que sean los gobiernos los que comercialicen la droga y con ello se evita el intermediarismo que realizan los narcotraficantes y que terminan por elevar los precios al consumidor.
La visión de Fox, entonces, no estaba ni está errada si el insigne colimense se atreve a presentar la iniciativa para la empresa que se llamaría Cannsalud, en donde se expendería la cannabis a “mayores de 18 años” y, suponemos, con credencial para votar. ¡Para eso sirve!
Por si fuera poco y aunque iría en contra de los “intereses del Gobierno federal y su nueva empresa”, don Mario contempla la posibilidad de que los mexicanos puedan cultivar su propia marihuana para consumo personal sin necesidad de un permiso o licencia.
De ahí que iría en contra de la empresa “Productiva del Estado”. ¿Quién compraría a precio superior pudiendo cultivarla personalmente?
Quizá don Mario deba pedir asesoría empresarial para seguir adelante con su propuesta que, por supuesto, muchos aplaudirán. A lo mejor en Colima no, pero en la Condesa recibirá no aplausos sino ovaciones. Porque habrán triunfado las libertades. Cómo no.
Como se decía en tiempos idos de la Colonia: ¿Pues de cual fumó, señor legislador?
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