Por Jesús Michel Narváez
Puede ser simple llamarada de petate o tener trasfondo político. Por supuesto que el gobernador de Veracruz se merece y con mucho que le apliquen el juicio político aunque al final del día no sirva para nada.
En comunicado de cuatro párrafos, los congresistas de Acción Nacional en el Senado de la República dicen que analizan, ya, promover la desaparición de poderes en Veracruz “e iniciar un juicio político en contra del gobernador de ese estado, Cuitláhuac García Jiménez, para evitar que continúe la crisis constitucional que pone en riesgo al sistema de justicia”.
En una línea lo dicen todo: “Hoy iniciamos acciones para destituir al gobernador y diputados locales, indicaron”.
Luego, en cinco señalan: “Senadoras y senadores del PAN no permitiremos que en #Veracruz continúe la crisis constitucional que pone en riesgo al sistema de justicia. Hoy iniciamos acciones para destituir al gobernador y diputados. Veracruz es un estado fallido”, publicaron en su cuenta oficial de Twitter.
Y rematan en tres líneas y una palabra: “Para restablecer el imperio de la ley, la normalidad democrática y la civilidad al estado, exploramos dos vías: 1) La desaparición de poderes y 2) El juicio político. #Veracruz merece vivir mejor, en legalidad y bienestar”, señalaron en otro mensaje en dicha red social”.
No queda claro si la acción de los senadores del PAN tiene que ver con la remoción temporal del fiscal Jorge Winckler, propuesto y aprobado por el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien después de una vida tricolor cambió al azul Cristo Rey y al que el sucesor, García, quiere ver en la cárcel por, presuntamente, nexos con el crimen organizado. Esto no lo ha demostrado ni de lejos.
O quizá las masacres –dicen los especialistas que más de tres muertos en un evento es masacre- de Minatitlán, en abril, y en Coatzacoalcos en a finales de agosto, las fosas clandestinas –que no serían de su mandato- y la creciente inseguridad que se vive en la entidad, llevaron, aunque tardíamente a los congresistas albiazules a la conclusión de que deben ser desaparecidos los poderes y enjuiciar políticamente al personaje que cuenta con el respaldo del Presidente.
Es como la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México: no está solo.
El tema no es fácil ni menor. Para desaparecer los poderes se requieren de las dos terceras partes de los senadores presentes, pero antes los diputados deben votar que “ha lugar el juicio político”. Con la mayoría morenista en San Lázaro y casi también en el Senado, la propuesta bien podría irse a la congeladora y con ello don Cuitláhuac seguirá echándole la culpa al pasado y mientras sus gobernados se debaten entre abandonar la entidad o encomendarse a Dios.
Sin duda y sin prejuzgar ni convertirme en fiscal y juez, el góber de Veracruz es ya una carga para la cuarta trasformación sin omitir que lo es también para la población.
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