Las recientes reducciones en las calificaciones y perspectivas crediticias del país y de Petróleos Mexicanos (Pemex) son un factor de riesgo que debe atenderse para no generar mayor preocupación, afirmó el gobernador del Banco de México (Banxico), Alejandro Díaz de León.
En el Segundo Foro Estrategia Banorte, destacó que en episodios anteriores ya han ocurrido estos ajustes en las calificaciones, a las cuales se ha sabido hacer frente tanto por el lado de la nota soberana como de Pemex.
“Esperamos que ese sea el caso y que no sea un factor que dé mayor preocupación hacia adelante”, argumentó el funcionario, al insistir en la necesidad de atender las recientes acciones de Fitch y Moody’s sobre la baja en la calificación del país y la revisión de la perspectiva a negativa, respectivamente.
Respecto a la actividad económica, dijo que en los últimos años la economía mexicana ha enfrentado una secuencia de choques adversos, como la caída en precio y de la producción del petróleo, incertidumbre sobre la relación comercial con Norteamérica y sobre el ritmo de normalización de la postura monetaria en Estados Unidos.
La economía mexicana, apuntó el banquero central, desde finales de 2018 y principios de este año muestra una desaceleración mayor a la anticipada y hacia adelante se ve mucha incertidumbre, como lo reflejan los indicadores recientes.
“Claramente hemos tenido una desaceleración mayor a la que anticipábamos, pero no es fácil todavía extrapolar con mucha claridad qué va a pasar en los siguientes trimestres en cuanto al ritmo de actividad económica, es decir, la incertidumbre en cuanto a la actividad económica es mayor”, afirmó.
El gobernador del Banxico mencionó que la inversión es el elemento que más ha sufrido incertidumbre con el proceso de choque que ha enfrentado la economía mexicana desde 2014, lo cual la he llevado a estar estancada y con cierta desaceleración en fechas recientes.
La economía mexicana tiene un potencial de crecimiento bajo, con un crecimiento promedio de 2.4 por ciento desde hace 25 años a la fecha, y en fechas recientes “se ve una desaceleración un más clara”, expuso.
Sobre los recientes ataques a algunos participantes del sistema financiero, afirmó que México está en mejor posición y preparado que hace algunos años, pero reconoció que “uno está expuesto, quiera o no”, pues los hackers usan tecnología e información de punta para vulnerar al sistema financiero.
Díaz de León subrayó que el sistema financiero mexicano es resiliente, capaz de resistir choques, bien capitalizado y con buenos niveles de liquidez, y a diferencia de episodios de crisis que vivió en 1982, 1987, 1995, en la crisis de 2008 y en el actual periodo de ajuste complejo “es parte de la solución y no del problema”.
Eso implica no bajar la guardia y seguir manteniendo buenos niveles de capitalización, lo que le da opción de crecimiento al sector, pues la penetración financiera en el país sigue siendo baja en comparación con América Latina.