Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Días antes de asistir como “invitado especial” a la toma de posesión de Donald Trump, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial CCE, Francisco Cervantes, fue reelecto de manera sorpresiva. Su mandato terminaba y había un personaje que habría restituido la dignidad del empresariado mexicano.
¿Quién metió las manos para que las 16 -nunca se reveló si todas- organizaciones que conforman el CCE decidieran seguir en la mediocridad?
En diciembre, de acuerdo con la encuesta de empleo realizada por el INEGI y conocida en la primera semana de enero, se dio a conocer que se perdieron 245 mil empleos que, sumados con el descenso de todo el año de 2024 se habrían generado los 450 mil nuevos desempleados.
Sin embargo, en un acto que raya en la indignidad, el reelecto le “ofreció” a la presidenta de México, y se lo creyó, 35 mil empleos para los “deportados” de Estados Unidos por sus estancias ilegales.
No explica el señor Cervantes, a quien le encantan los reflectores y presume que fue de los escasos mexicanos que fueron invitados por Trump -seguramente se tomó alguna foto con el napalm, por el color naranja- por ser el “líder” de la iniciativa privada mexicana.
Como decía ayer en su cuenta de X el periodista Joaquín López Dóriga, Cervantes vivió de los reflectores.
Lea usted:
Dóriga: ¿cómo esta eso que el CCE ofrece 35 mil empleos? ¿de dónde señor cervantes? ¿de dónde va a sacar 35 mil empleos? suponiendo que esto fuera cierto, me refiero a Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, quien apenas el sábado en el baile de los latinos en Washington decía que Trump era un gran hombre de negocios, un genio en los negocios. ¿de verdad es un genio en los negocios, señor Cervantes? ¿así hace usted los negocios? ¿de dónde van a sacar los 35 mil? y en la inalcanzable posibilidad de que los tuviera, primero porque no los dan a los mexicanos que no tienen empleo, aumentó el desempleo en diciembre, son nada para los cientos de miles que van a volver. es nada más querer figurar con la presidenta, de eso vivió todo el sexenio de López Obrador.
Hasta ahí el comentario de López-Dóriga.
Desde hace unos meses, en este mismo espacio la recordaba que el expresidente López puso de rodillas al CCE cuando lo presidía Carlos Salazar Lomelín. No se ha levantado. Parece ser que a los reelectos dirigentes del organismo cúpula de la IP les va bien, a sus afilados no tanto pero de ninguna manera mal. A los consumidores, usuarios de los servicios financieros, compradores en todo tipo de almacenes hasta llegar a las tienditas; también a los que adquieren maquinaria, equipos de protección, producen desde tornillos hasta ejes y escaleras para bomberos y otras confederaciones, se le da atolito con tamales rosita, no se crea que de chipilín, esos los tenía reservados el expresidente par sus cuates de la IP, y poco les importó a los señores Salazar y Cervantes que la inflación creciera, el desempleo aumentara, la canasta básica subiera de precio y le taparan el ojo al mayo con el programita para contener la elevación en alimentos.
Ambos, más el señor Cervantes, aman los reflectores, que los vean en las fotos cómo los recibe el presidente y ahora la presidencia y cómo se expresan de ellos: son unos patriotas.
¿Quién metió las manos para reelegir a quien ha hecho perder la dignidad a los empresarios?
Y de verdad, de dónde sacará 35 mil empleos… probablemente formen parte del empleo informal. Ahí si le creemos que puede hacer de las suyas y cumplir la promesa anunciada por la presidenta Sheinbaum.
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