Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Estoy cierto que la presidenta podría molestarse y los lacayos estarían poniendo el grito en el cielo para desmentir lo que a continuación se publicará.
Ir a un escenario como el Foro del G-20 a proponer destinar el 1 por ciento del gasto armamentista para dedicarlo a “sembrar árboles”, me parece que equivale a pretender vender espejitos a cambio de oro.
En México se presume el programa “sembrado vida” que, originalmente estaba concebido para eso, para horadar la tierra y colocar la semilla o el pie de lo que en 50 años será un maravilloso nogal o en 10 uno productor de aguacates. Y, sin embargo, durante la real o ficticia crisis del maíz de hace dos años, el que ¿se fue? ordenó que los sembradores hicieran surcos y depositaran gramínea y crecieran las milpas.
Un programa en el que se les paga 5 mil pesos a quien participa en él y de esa cantidad se descuenta el 10 por ciento -¿acaso es el diezmo?- para un “seguro” que nadie sabe que asegura.
¿Qué beneficio ha traído el programa a las familias mexicanas?… ¿cuántos árboles se han sembrado y cuántos han prendido?… ¿de dónde sacan la semilla para la siembra?… Si es de la Defensa Nacional, están fritos… ya vimos lo que pasó con el ahuehuete de Reforma.
¿Por qué hablar de sembrar árboles como contribución al cuidado del medio ambiente y no de frenar la generación de gases invernadero?
México firmó el Acuerdo de París el 12 diciembre de 2915, durante la realización de la XXI Conferencia sobre Cambio Climático (COP 21) y adoptado por los 195 países miembros. Sin embargo, el anterior presidente de México resolvió abandonar la COP y dejó de asistir a las siguientes reuniones que se celebraron.
Quizá lo hizo porque no respeta el medio ambiente y hay tres pruebas irrefutables: destrucción de cientos de hectáreas de manglares para construir la refinería que no refina en Paraíso, Tabasco; destrucción de miles de hectáreas de selva y bosque en Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Chiapas y Yucatán. Se estima que unos 30 mil árboles de larga vida y fina madera fueron arrancados para los trabajos del trenecito más caro del mundo y, por último, la destrucción de zonas selváticas ubicadas en el corredor transístmico.
¿Por qué proponer cuidar el medio ambiente para frenar el cambio climático si en México su gobierno no es capaz de poner el ejemplo?
Hay que admitir que algunos países han tomado el ejemplo: el mal ejemplo de destruir selvas, flora, fauna y bosques.
Si bien aún no se conoce el Plan Nacional de Desarrollo para este sexenio, se antoja difícil que haya verdadero interés por el medio ambiente. Baste revisar el Presupuesto de Egresos de la Federación para confirmarlo.
A la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, que ahora encabezada por Alicia Bárcena, bióloga que optó por la diplomacia, le recortaron el 43 por ciento con respecto al aprobado para este 2024.
El gasto militar es una industria que genera millones de empleos y al mismo tiempo es copartícipe de miles de personas que mueren en las guerras o por el uso de las armas que fabrica. Ninguna empresa dedicada a esos menesteres, cambiará de rumbo. Entender que el armamentismo no es únicamente una acción desarrollada por los gobiernos, se hace necesario. Y captar lo que es el mundo, la geopolítica, no es difícil. Si hay armas es porque cada cual de las potencias busca liderar al mundo, imponer sus reglas, dominar los espacios y tomar las decisiones.
¿Alguien escuchará el llamado pronunciado en el desierto de las prioridades humanas?
Recriminar que se gasten 2.4 billones de dólares en armamento cuando hay 700 millones de personas por debajo de la línea del hambre, es escupir al cielo. México no ha podido reducir la pobreza extrema y sí, el anterior presidente, con sus políticas sectarias, logró que 9 millones se incorporaran a los deciles de pobreza, que no miseria, según los datos del Coneval.
¿Se habló algo de ciencia, tecnología, investigación, apoyo a científicos para desarrollar proyectos que beneficien a la humanidad?
Por lo menos, en la información difundida por la Presidencia de la República, la prioridad fue otra: la presidenta de reunión con Joe Biden… platicó con Xi Jiping …dialogó con Justin Trudeau.
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