Por Jesús Michel Narváez
¡Dios sí existe!
Y lo demuestra con aligerar la partida de quien no entiende que no entiende lo que es gobernar para todos.
Durante 5 1ños y 10 meses ha mentido, engañado y el resto está a la vista.
Fueron 70 meses de escuchar agresiones, descalificativos.
Como todo lo que empieza, todo termina.
En este caso hay duda.
Se puede estar presente sin estarlo físicamente.
Para eso hay teléfonos encriptados, correos electrónicos privados y otras herramientas que la tecnología nos ha otorgado.
Vaya, hasta con un propio se envían mensajes. Por el sistema postal mexicano, no porque la desconfianza lo alcanzó.
Al iniciar este día, al primer minuto, fue despojado constitucionalmente del poder omnímodo que acumuló destruyendo instituciones, dejando en el limbo la separación de poderes que conformaron la República.
Quizá lo entregue formalmente. No lo hará del todo.
Dejará los caminos abiertos para penetrar en las decisiones que debe tomar solamente una persona. Muchos participan en la elaboración de leyes, acciones. Pero la decisión es unipersonal. A veces buena, en otras regula y en el mismo sendero están las pésimas.
Completado el ciclo legal, tiene que irse. De verdad, no con engaños. Su presencia ofende a la mitad de la población. Sus palabras lastiman más que las afiliadas púas del nopal.
Último día rodeado de sus “amigos”. Comelitona en Palacio Nacional para “los cuates”. Los de afuera que vayan a la fonda, a la tortería del puesto ambulante o con el que vende tacos de canas en su nada elegante bicicleta.
Y a las 11 horas de este maravilloso día, que seguramente será soleado, habrá presidenta constitucional. Se colocará la banda presidencial, la recibirá de la presidenta del Congreso de la Unión, aunque los poderes ya están en un solo lado: en el Ejecutivo, concentrados como hacia décadas no ocurría.
No se van todos. Muchos de los que se confabularon para destruir instituciones, detener el avance de la democracia, reducir las libertades, abandonar a los gobernados, estarán en otro sexenio.
Algunos de ellos son como los gatos: tienen 7 vidas y varios de ellos y ellas han consumido 6. ¿Está será última en la que respirarán el poder?
Lo que inicia este día puede marcar la diferencia o ratificar lo que pasó en estos años. México es tan grande, que no podrán hacerlo añicos.
No en estos tiempos. Somos parte del globo político, económico, social.
¿O seremos una isla de nueva cuenta?
La primera presidenta del país desde su Independencia, tiene ante sí suficientes, demasiados fuegos por apagar.
No se mira el equipo “heroico” que lo sofoque.
Sin embargo, con el adiós formal, aunque esté presente sin estarlo físicamente, provoca cierta esperanza de que los límites al poder se restablezcan.
Conceder el privilegio de la duda, lo tiene merecido quien iniciará a gobernar, esperamos que para todos.
Buscar la unidad, no la unanimidad que es lo que pretendió el que ¿se fue?, es el mayor reto de quien toma las riendas de un caballo bronco y desbocado. Habrá que dominarlo, no domarlo, porque se antoja imposible.
Adiós y hasta siempre.
Bienvenida y hasta el 2020.
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