Programa Mejoramiento Barrial, destinado a desaparecer en el gobierno de Sheinbaum

En 1997 la colonia Tlacotal Gabriel Ramos Millán, en la alcaldía Iztacalco, tenía un terreno que sirvió durante años como un relleno de basura clandestino, un escondite a modo para los delincuentes porque podían esconderse para asaltar y al mismo tiempo se drogaban.

Silvia Alcantara, junto a Miguel González y Ana Morales, formó un comité ciudadano para plantearle a la autoridad que necesitaban un espacio para brindar una oferta cultural y eligieron a esa cuchilla olvidada para levantar lo que actualmente es la Casa de Cultura Las Jarillas.

Los años de lucha y difusión de la cultura se consolidaron en 2007 gracias al programa de Mejoramiento Barrial y Comunitario (PMByC), con el que cada año podían concursar los ciudadanos para construir o recuperar espacios culturales, de esparcimiento, plazas públicas, centros de cultura, imagen urbana, sin embargo este programa está destinado a desaparecer con el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo debido a las nuevas reglas de operación que lo sepultan.

Con este cambio, publicado el pasado 12 de junio, quedará en el olvido el Mejoramiento Barrial ya que el presupuesto asignado por 200 millones de pesos sólo apoyará 340 proyectos de imagen urbana en el denominado programa Senderos Seguros, es decir se destinará para pintar banquetas, mejorar luminarias pero no para la naturaleza de la que nació.

“Muchas veces los vecinos nos organizábamos y lo limpiábamos, era el único espacio posible para hacer la construcción de algo, y nosotros lo solicitamos a la autoridad, y después de mucho batallar, asambleas incontables, y de hacer nuestras actividades culturales en la calle de forma itinerante logramos presionar para que nos construyeran el espacio muy pequeñito”, recordó Alcantara, fundadora de Las Jarillas.

Fue hasta el año 2000 que lograron convencer a la exdelegada Diana Bernal e inició la construcción de este centro comunitario, en aquellos años donde Andrés Manuel López Obrador gobernaba el Distrito Federal.

Los ciudadanos recibieron este espacio en 2002 pero no les dieron ningún material menos alguna silla o mesa, platicó el señor González.

En ese entonces el gobierno capitalino publicó la Ley de Participación Ciudadana y conocieron que se habían asignado 600 mil pesos para dotar a los policías de uniformes, botas y mantenimiento a las patrullas pero no les pareció.

“Como comunidad dijimos que no queríamos eso porque ese dinero tenía que ser para la cultura ya que desde nuestro punto de vista la cultura es preventiva de las conductas antisociales y fue un estira y afloja entre gobierno y nosotros. Ellos decían patrullas, nosotros cultura”, comentó.

González mencionó que lograron convencer a López Obrador y dividieron los recursos para la seguridad pública así como para la Casa de la Cultura y con este dinero la vistieron con computadoras, sillas, sonido y todo lo necesario para enseñar el amor y solidaridad con el aprendizaje entre la comunidad.

Asimismo compraron uniforme deportivo y con ellos lograron convencer a las personas que consumían drogas de ser árbitros del torneo de futbol de 65 equipos, todo con el dinero que le lograron ganar al gobierno capitalino.

Desde 2007, el programa de Mejoramiento Barrial entró en operación en las colonias más marginadas de la capital del país gracias al impulso ciudadano, pero ahora la jefa de Gobierno creó su propio programa llamado Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación, y Saberes (Pilares) que aplicará las mismas actividades.

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