El Gobierno británico insiste en «difíciles» medidas pese a preocupaciones por «exceso de muertes»

El primer ministro británico Keir Starmer y su Gobierno laborista se enfrentan a una seria resistencia a la hora de suprimir ayudas a los jubilados para el combustible, informa el medio ‘Daily Mail’. No obstante, el titular se muestra decidido a llevarlos a cabo, a pesar de las advertencias de graves consecuencias de la medida para la población.
De acuerdo con el artículo, aparte de la oposición de los conservadores, hasta 30 miembros del Partido Laborista en el Parlamento británico podrían negarse a respaldar los planes de recortes de las subvenciones.
Una de ellas, Rachael Maskell, advirtió que la decisión podría provocar «exceso de muertes» este invierno boreal. Otra parlamentaria, Rosie Duffield, consideró «vergonzoso» que unos diputados que ganan 120.000 dólares anuales recorten las ayudas a las personas que viven con unos 17.000 dólares al año.
«Se trata de una cuestión de política social para algunas de las personas más frágiles y vulnerables del país. (…) [Los pensionistas] podrían rondar unos 90 años, [estar] confinados en casas, algunos ni siquiera tienen acceso a internet o son discapacitados en sus hogares. Necesitan mantenerse calientes por su salud», agregó la experta en pensiones, miembro de la Cámara Alta del Parlamento británico, Ros Altmann.

A su vez, el ministro de Sanidad, Wes Streeting, aseveró que «no está ni remotamente feliz» de votar «por algo que les quitará dinero» a sus electores.
No obstante, con una amplia mayoría, los laboristas «tienen garantizada la victoria en la votación clave» sobre el proyecto el 10 de septiembre, apunta el portal.
El propio Starmer reiteró en una nueva entrevista que la única forma de cambiar el país es hacer «cosas difíciles ahora» y su Gobierno «tendrá que ser impopular».

La canciller de la Hacienda del Reino Unido, Rachel Reeves, anunció en julio el plan para limitar el subsidio de combustible en invierno, alegando la necesidad de llenar un «agujero negro» de 29.000 millones de dólares en las finanzas públicas dejado por el anterior Gobierno, una afirmación que los conservadores cuestionan.
Tras el cambio, solo lo recibirían quienes soliciten créditos para pensiones y otras prestaciones condicionadas a los recursos.
Se espera reducir en casi 10 millones el número de pensionistas que reciben esa ayuda para combustible de hasta 395 dólares —de 11,4 millones a 1,5 millones— lo que supondrá un ahorro de unos 1.840 millones de dólares en 2024.
Como consecuencia del anuncio de Reeves, «miles de pensionistas se han apresurado a solicitar créditos» de pensión, con un aumento de las solicitudes del 115% respecto a las cinco semanas anteriores, detalla el medio Independent. Sputnik

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