A Vola Paso
Por Jesús Michel Narváez
El silencio la atrapó. Rechazó el uso de la palabra para alusiones.
Era la narcocandidata.
Del otro lado, la corrupta, aceleró el paso y acusó con detalles comprobables.
El tercero en la disputa, no aprovechó la oportunidad de subirse al segundo escalón.
Segundo debate… sí, de ataques y acusaciones no de propuestas.
Pasar de candidata de las mentiras a la narcodandita, paralizó a Claudia Sheinbaum.
La corrupta no se inmutó.
El ajeno, mostró qué se puede hacer sin pertenecer al PRIAN ni al oficialismo. Quedó cortó. Le faltó punch. Lo superó el cuestionamiento personal.
La candidata de las mentiras, corroboró serlo al afirmar que el crecimiento económico del sexenio alcanzó el 3.4 por ciento. Si bien le va al gobierno actual, recibirá la noticia de que el crecimiento del PIB llegó a 1 por ciento.
La candidata corrupta salió avante. Revisó y mostró que la narcocandidata está en los Panamá Papers, que tiene una propiedad no declara y que, junto con su marino, “hizo robadera”.
La de la mentira denunció los contratos de su empresa cuando fue coordinadora de la Comisión de Pueblos Indígenas.
La mentiros, afirmó que las gasolinas no subieron después de la pandemia. Olvidó que el IEPS a los combustibles se aplicó a la baja justamente durante la pandemia.
La corrupta fue vinculada a la corrupción inmobiliaria cuando su gestión de jefa delegacional en Miguel Hidalgo a lo que respondió lo ya sabido: los permisos de construcción los autoriza el gobierno central de la capital del país.
La mentirosa defendió las acciones presidenciales y sostuvo que la confiscación de cuentas inactivas de los trabajadores, hará posible cumplir la promesa presidencial de que quien se jubile lo haga con el último salario que haya registrado.
El invitado al debate, presentó las propuestas ya conocida.
La corrupta hizo la contaminación del agua que se suministra a los hogares de la Ciudad de México e invitó a tomar el líquido contenido en una botella agua contaminada, con heces y más.
La mentirosa ni siquiera volteó y calló.
Un debate en el que Xóchitl Gálvez, la candidata de la corrupción, mostró temple e información sustentada.
Un debate en el que la mentirosa, primero, y narcocandidata después, fue sorprendida y recurrió al silencio. El que calla otorga. El desdén ya la prepotencia, le sobraron.
Jorge Álvarez Máynez sustenta su aspiración en los “logros” de los gobiernos de Movimiento Ciudadano en Jalisco y Nuevo León. No negó, jamás, que hay algo más que dos estados que conforman el país llamado México.
Un debate, en el que no se debatieron temas de fondo, sino posiciones personales.
Habrá que señalar que el formato del debate si bien cambió y fue menos rígido, cayó en la misma trampa del primero. Presentar a ciudadanos -uno de ellos no lo era al tener 16 años- para realizar las preguntas. Temas mal hilvanados, dudas personales y no nacional. A la consejera Claudia Humphrey el tache.
Vendrá el tercer debate y ¿qué se puede esperar?
Otro choque de trenes entre Claudia y Sheinbaum.