Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
A confesión de parte, relevo de pruebas, dicen los fiscales. Y hasta los juzgadores admiten las confesiones como la “reina de las pruebas”.
Es decir, no hace falta documentarlas. Con la palabra basta.
A colación lo anterior, por la respuesta presidencial a una pregunta específica después de recordar: que él conoce todos los municipios, y citó algunos donde hay presencia del crimen organizado donde ha podido efectuarlos sin problema (sus reuniones y mítines). “Yo recorro todo el país. Tengo cientos de anécdotas sobre eso, Imagínense ir a Batopilas, en Chihuahua, a Morelos, en Chihuahua, a El fuerte, a Sinaloa de Leyva a Choix a Badiraguato…
Enseguida la pregunta:
¿Pero se porta bien el crimen cuando usted va para allá?, en referencia a sus comentarios de haber ido a decenas de municipios en donde hay presencia criminal, respondió:
-Pero siempre, no es de ahora, de siempre.
(Ante los señalamientos de sus presuntas ligas con el crimen ¡Siempre lo ha negado!)
La palabra siempre tiene 9 definiciones reconocidas por la Real Academia de la Lengua Española: eternamente, sempiternamente, perpetuamente, perennemente, perdurablemente, perennalmente, constantemente y continuamente. Están colocadas en el orden en el que aparecen en el diccionario.
Y no queda duda: el señor López ha tenido trato con los criminales desde “siempre”.
Eso aclara el panorama de su comportamiento para combatirlo. Transparenta -cosa rara en el huésped temporal de Palacio Nacional- su conducta y disipa dudas sobre la ya no presunta sino confirmada posición de abrazos, no balazos.
La narrativa presidencial desde que puso en marcha su no-estrategia para combatir el crimen organizado, el narcotráfico y la violencia, sembró incertidumbre, pero se le confió la oportunidad de demostrar que regresaría, como lo prometió en su campaña, la paz al país en “seis meses”.
Han pasado cinco años y cinco capicúa- meses y la tierra de cuando menos el 80 por ciento del territorio nacional se ha teñido de rojo sangre. Se registran 185 mil homicidios dolosos sin contar los que están en la lista negra y que por diversas razones las fiscalías estatales ocultan. También hay 53 mil desparecidos o no localizados de los que en su momento se tuvo información de haber sido levantados por grupos criminales. Póngales el nombre del cártel que a usted le cuadre y atinará.
México ha vivido transiciones democráticas que se gestaron por las promesas de campaña y el gobierno derrotado las aceptó sin chistar con lo que reconoció la voluntad popular.
El bono democrático que le otorgó el voto no está en duda. Se reconoce a plenitud, guste o no. Porque el hartazgo de los ciudadanos obedeció a la necesidad del cambio. No reparó en nada. Porque la información sobre la relación entre el señor López y los criminales no fue publicitada.
Ahora en, quizá, un acto de honestidad republicana, reconoce públicamente haber realizado mítines o reuniones informativas -el contexto de la respuesta fue la queja de Xóchitl Gálvez quien afirmó que su presencia en Huixtla, Chiapas no recibió el apoyo esperado porque los criminales intimidaron a los pobladores- en municipios controlados por criminales.
Y es cuando admite que el trato que le brindan ha sido bueno desde siempre.
Seguramente tratará de corregir lo que dijo y dirá que quienes escribimos sobre el tema somos amarillistas.
¿Usted cree que lo somos?
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