El mandatario optó por la cadena nacional de medios para anunciar el resultado de las cuentas públicas en marzo, algo que suele publicarse mediante un comunicado y una hoja de Excel, y lo hizo mediante un mensaje de 16 minutos grabado en la Casa Rosada.
El líder de La Libertad Avanza apareció rodeado por su equipo económico, del que destacó en su alocución al ministro de Economía, Luis Caputo, y al presidente del Banco Central, Santiago Bausili, por la tarea desarrollada desde que el Gobierno asumió el 10 de diciembre.
Según lo informado por el mandatario, el resultado conseguido en el primer trimestre del año fue de un superávit fiscal financiero (después del pago de intereses de la deuda) equivalente al 0.2 por ciento del PIB y un superávit primario del 0.6 por ciento del PIB.
El mandatario se refirió a la difícil herencia recibida por su Gobierno de manos del peronista Alberto Fernández y destacó los logros del Ejecutivo para conseguir este superávit de manera «extremadamente importante», porque «les da sostenibilidad a las cuentas públicas y por primera vez en mucho tiempo no se le traslada el costo del ajuste a toda la población».
Milei dijo que «el déficit cero no es sólo una consigna de marketing» para su Gobierno, sino «un mandamiento».
«No esperen la salida de la mano del gasto público. La era del supuesto Estado presente ha terminado», reiteró.
Ante los «infinitos diagnósticos ominosos» contrarios a su manera de conducir el país, el libertario sacó pecho al decir que su Gobierno está «haciendo posible lo imposible», incluso, dijo, «con la mayoría de la política, los sindicatos, el periodismo y buena parte de los actores económicos en contra».
Milei no se olvidó del resto de formaciones políticas, a las que suele atacar en sus discursos, y así comentó que «el Congreso no le ha dado todavía a este Gobierno las herramientas con las que todas las administraciones pasadas contaron».
Con ello, aludió al fracaso en el trámite parlamentario del proyecto de Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, su proyecto estrella, así como a la votación contraria del Senado a su decreto de necesidad y urgencia (DNU), que aún debe pasar por Diputados.
El mandatario había prometido cerrar 2024 con superávit fiscal, desde un déficit primario equivalente al 2.9 por ciento del PIB y un resultado financiero negativo del 6.1 por ciento en 2023.