Inaugurada Nueva Etapa de los Fines de Sexenio con el Grito: “¡Narcopresidente!”

 

NIDIA MARIN

¿El narco aportó recursos a las diversas campañas de quien se sienta en la Silla del Águila?

Con certeza lo desconocemos, pero la respuesta de los mexicanos cada día es más demoledora, cuando grita en la Ciudad de México, en capitales y comunidades del país “¡narco-presidente!”, como ocurrió en la tumultuaria marcha del domingo pasado en diversas partes de la República.

Con ello se inaugura una nueva etapa en los fines de sexenio de la República Mexicana. El sello permanecerá grabado para la historia en las voces de los enfurecidos mexicanos.

El que ya se va, en 223 días más, tendrá un adiós para siempre y si pretende permanecer en el cargo, a larga o a la corta, quedará inscrito en la historia como uno de los peores mandatarios del país.

Y mejor no pensemos en la respuesta del pueblo de México que selló con lacre las partes más vergonzosas de las memorias del país: “El Santanato”, “El Porfiriato” y “El Maximato”.

Recordemos ante todo al otro López, aquel que tuvo como pretexto la Guerra de los Pasteles para permanecer en el poder; conflicto desatado cuando Francia envió en marzo de 1838 una flota de 26 naves lideradas por Deffaudis al puerto de Veracruz y aunque hoy no tenemos guerra ni de galletas, sí contamos con una peor: la del narco por el fentanilo y las demás drogas.

Pero en aquel tiempo, aseguran los historiadores, la única contraofensiva fue el 5 de diciembre de ese año cuando el general López de Santa Anna (quien ya estaba en el poder desde 1833) obligó a los franceses a replegarse, aunque fue “flor de un día” ya que carecía de la fuerza para evitar el bloqueo a Veracruz.

Pero eso sí, ocupó la presidencia en seis ocasiones hasta 1844.

Y apenas dejó el asiento, México estaba tan debilitado que no pudo soportar la siguiente guerra, en este caso con Estados Unidos, entre los años 1846 y 1848, misma que se tradujo en la pérdida de más de la mitad del territorio.

¿Eso queremos?

Hoy, la gente se pregunta: ¿permitiremos un “andresato”? ¿es decir algo similar tal vez a un “porfiriato”?

Estamos en el filo de la navaja.

¿Habrá un compromiso previo hecho con el narco como se supone lo hubo en 2006 y en 2012 aunque no ganara y también en 2018? ¿Esa será la fuerza armada que defienda al que pretende la eternización en el cargo abiertamente o con disfraz?

Aún se desconoce.

¿Entonces que pitos toca la Presidencia de la República en ese asunto?

Se supone que no debería de tocar ni la puerta, pero el nuevo López, trae una técnica ya probada para eternizarse en el poder: la marioneta, que no es otra cosa que una figurilla de plástico manipulada por hilos y cuerdas, la que está lista, por cierto, para bailar al son que le toquen.

Pero en este tipo de asuntos, no hay que olvidar la historia y sus enseñanzas. En el mismo siglo XIX, años más tarde, llegaría el “Porfiriato”, que traspasó hasta el siglo XX.

Sí, durante más de 30 años desde 1877 hasta 1911 (con cuatro años en los que no pudo mandar en México) Porfirio Díaz mangoneó al país, hasta que su dictadura cayó al pozo y el “Ipiranga” se lo llevó para nunca más volver…afortunadamente.

¿Qué nos dejó Díaz?

La lucha por el poder y una Revolución durante diez años (del 20 de noviembre de 1910 al primero de diciembre de 1920) en la cual murieron entre dos y tres millones de mexicanos.

¿Eso queremos ahora en pleno siglo XXI, cuando en el mundo observamos las consecuencias de las luchas armadas?

El voto en las urnas tendrá la palabra, aunque existe el temor de que, en diversas partes de la República Mexicana, el narco, que ya se siente dueño de estados y municipios, siga matando gente ante la pasiva mirada del autor de la frase “abrazos no balazos”, al que anima la pretensión de permanecer en el poder para continuar destruyendo al país.

Hasta ahorita ahí la lleva… ¡pero puede ser peor!

 

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