Infantes y recién nacidos, nadie se habla de ellos y su dolor no visto y escuchado

A Vola Paso

Por Jesús Michel Narváez

Bebés recién nacidos, infantes que van de los 5 a los 10 meses, son las víctimas invisibles que deja el huracán Otis.

Manuel, un muy respeto y confiable amigo, me cuenta:

“Nadie habla de los bebés, de los infantes… no tienen que comer, que beber… no hay leche, no hay agua purificada, no hay fórmulas… no hay pañales…no tienen cobijas… no tiene gorros para tapar sus cabecitas…es una tragedia que causa terror”.

No hay risas…solo llanto.

Durante tres días recorrió Acapulco. Lo mismo estuvo en Punta Diamante que en la zona de Caleta y Caletilla. El horror se siente, se huele, se mira.

“Nadie habla de los bebés, de los niños”, repite con la voz entrecortada y pone sobre la mesa el gravísimo problema: ¿cuántos sobrevivirán sin atención alimentaria, sin presencia de pediatras… sin un hogar en donde resguardarse?

En efecto, de los niños nadie habla. Se refieren a ellos solamente para decir que no irán a clases. Las autoridades federales, estatales y municipales, tampoco los consideran “importantes”. Son sus padres, sus mamás, las que están ocupadas en atenderlos… en darles comida racionada… agua a cuenta gotas…

No hay forma de asearse y las madres de los recién nacidos solamente puede derramar lágrimas y rogarle a Dios que a sus hijos, a sus bebés, les permita vivir y conocer y disfrutar su futuro.

¿Dónde están las autoridades sanitarias?… ¿dónde alguien que levante un censo de los bebés damnificados?

Los “siervos de la nación” solamente censaron a los que pueden votar y les llevaron el perverso mensaje: esto te la manda YSQ.

El zopilote que habita en Palacio Nacional ronda el cielo, da vueltas y cuando mira la realidad, desaparece.

El dolor de los bebés alguien más lo debe sufrir y no ellos.

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