Convencer a los Indecisos

*Las Virtuales Candidatas a la Presidencia

Usan las Redes y no Dejan Pasar una Mosca

 

* Pequeñez del Alcance y de Visión de Estado 

de Ellas y de sus Equipos de Campaña

*Patético Menosprecio de los Publicistas Hacia 

la Sociedad Política; Clara Incomprensión Social.

*

POR EZEQUIEL GAYTÁN

Después de haber sido testigos del grotesco debate por las redes sociales entre las candidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez respecto a la nimiedad de la casa de la segunda, me pregunto si así mantendrá el tono de la campaña por la elección presidencial. De verdad deseo que ese episodio de chisme ocioso sea sólo una anécdota y que para cuando se publique este artículo las candidatas ya hayan demostrado más estatura por el bien de nosotros, pues una de las dos, sin duda, será la titular del poder ejecutivo y – aunque parece que ellas no lo saben – alguna nos habrá de gobernar.

Es cierto que las redes sociales tienen cierta posibilidad de orientar la comidilla del día (rumores, chismes y críticas) y por lo visto hasta el momento ninguna de las dos está dispuesta a dejar pasar el vuelo de una mosca si eso pareciera favorecerla o no en las encuestas de empatía. Pero se equivocan, en política hay que ser lo suficientemente sensible e inteligente a fin de saber elegir las batallas. Un estratega debe fundamentarse en las condiciones del debate, las circunstancias, los tiempos y las consecuencias. Además, debe sustentarse en el óptimo uso de los recursos, pues en el caso de la candidata Gálvez son finitos y en el caso de la candidata Sheinbaum, aunque son prácticamente infinitos debido a que utiliza la maquinaria del Estado, debe aprender a ser discreta, ya que la ostentación le puede resultar con muchos inconvenientes.

Lo que está en juego es el destino del país durante los próximos seis años y ellas se enfrascan en un pleito de microcosmos casero. Lo cual me dice acerca de la pequeñez del alcance y de visión de Estado de ellas y de sus equipos de campaña. Lo cual no me sorprende, ya que hoy se promocionan en el mercado agencias de campañas electorales que ven en las y los aspirantes a cargos de elección popular productos de “marketing político” como si se tratase de cajas de cereal o pastas dentales. 

Por ejemplo, hay candidatos que obedecen ciegamente a sus jefes de publicidad y por lo mismo los he visto hacer el ridículo bailando sin saber bailar. De verdad no entiendo el razonamiento de si alguien ve danzando a un candidato eso acarreará simpatías populares y por lo tanto votos. Desde mi punto de vista eso es menospreciar a los votantes y considerarlos tarados.

Loe electores básicamente se dividen en tres grupos. Los que votarán por A, los que se ya inclinan por B y los indecisos. El ultimo grupo en muchas ocasiones es el que determina el triunfo de A o de B y por lo mismo las campañas también deben dirigirse a ellos. En otras palabras, los votantes que apoyan a la candidata Sheinbaum ya están decididos, pues son parte del movimiento Morena y obedecen ciegamente la palabra de su caudillo. Por el otro lado está un grupo heterogéneo social y políticamente que tiene como común denominador su oposición al presidente López Obrador. Se trata de militantes, simpatizantes y sociedad abierta que emitirán su voto porque creen en la ingeniera Gálvez o porque están decididos a manifestar su voto de castigo al gobierno actual. El tercer grupo es muy importante cualitativa y cuantitativamente hablando. Son ciudadanos que desean escuchar a las candidatas, verlas debatir, meditar sus propuestas de gobierno y evaluarlas por sus ideas. Es un grupo pensante y reflexivo aunque los publicistas insisten en que los votantes no piensan, simplemente sienten. 

Ese menosprecio de los publicistas hacia la sociedad política además de ser patético es una clara manifestación de su incomprensión social. Además, los mexicanos, de suyo desconfiados, mentimos ante las encuestas previas a la elección. De ahí las sorpresas negativas que esos negocios se llevan. Lo importante es que los indecisos son más de lo que se supone. Por eso las candidatas deben y tienen que abrir sus discursos a fin de convencer a esa masa amorfa y anónima que no acude a los mítines, que no se desgarra las vestiduras por una persona de perfil político y que emitirá su voto.

Una de las grandes lecciones que aprendimos los ciudadanos fue la reciente elección en el Estado de México, los indecisos acabaron absteniéndose y los panistas no le dieron su voto a la priista Alejandra del Moral. Ahora ese fenómeno puede repetirse. Sobre todo porque la pequeñez del debate entre las dos candidatas por un casa demostró que los grandes problemas nacionales son marginados y que ellas se detienen en insignificancias. Ojalá ambas mujeres crezcan por el bien de la elección y por el bien de México. 

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