¿Biden dueño de la ONU?

Punto de Vista 

 

 

Por Jesús Michel Narváez

 

Seguir los pasos de Fidel Castro que de exportar “su revolución” obtuvo pingües ganancias, no es una buena decisión. Aquel que no entienda que en el mundo globalizado no hay un hombre que concentre el poder. Hay, en efecto, dictadores que suponen son las guías espirituales e ideológicas, los terrícolas deben seguir sus ejemplos.

En la religión católica se plasma el poder omnímodo de Dios. Debe tenerlo. Sin embargo, de los 7 mil 500 millones de habitantes del planeta, solamente un millón 200 mil profesan el catolicismo, no el cristianismo, que con ellos sube la cuenta.

Entre los seres vivos, de vida no de listos, no existe uno solo que domine siquiera a la mitad del mundo. Y ello ha generado la necesidad de dialogar, consensuar, temas fundamentales como regular e intervenir en guerras, prohibir el uso bombas nucleares si es para masacrar seres humanos.

El 24 de octubre de 1945, San Francisco, California, California, nació la Organización de las Naciones Unidas después de que la Carta fuera ratificada por China, Francia, la Unión Soviética, el Reino Unido, los Estados Unidos y la mayoría de los demás signatarios, 51 países que se comprometieron a mantener la paz y la seguridad internacional, fomentar entre las naciones relaciones de amistad y promover el progreso social, la mejora del nivel de vida y los Derechos Humanos. Hoy la ONU tiene 193 miembros de las 194 naciones y la única no reconocida como Estado, es Palestina.

Ciertamente su fuerza no ha impedido guerras y violación de derechos humanos. Sin embargo, es el instrumento al través del cual dialogan quienes están en batallas sin fin. Vietnam, Medio Oriente. Reino Unido vs. Argentina. Ucrania-Rusia, son ejemplos que finalmente no deben borrarse de la historia de quienes suponen tener la varita mágica que pacifique el globo terráqueo.

Después del breviario cultural, tomado de informaciones de la propia ONU, como dicen en el pueblo: a lo que truje.

Por ignorancia, mala fe o sufrir el “síndrome” de subirse al ladrillo, en una de sus múltiples ocurrencias, pero ahora elevada al cubo. Anunciar públicamente que en su visita a Washington, programada para noviembre, le pedirá al representante de la potencia económica y militar –compartiendo escalafones con otros tres- cuya sede en halla en América, que “se reforme la ONU”, es pasarse de tueste.

El inquilino temporal de Palacio Nacional, dijo textualmente:

“La ONU está anquilosada, empolvada, necesita una sacudida, es un es un florero, es una vitrina, es para hablar allá unos minutos ante los gobiernos del mundo y yo no sé si los escuchan —cada vez menos—. Antes era más escuchado lo que decían los ministros, presidentes, jefes de Estado en las asambleas de la ONU, ahora pasan de noche, ya hay que cambiar eso hay que reformar la ONU y en el caso de América hay que buscar una mayor integración con respecto a la soberanía de los países”.

Descalificaciones que no comparte cuando menos 160 países, si bien buscan cambios que se reflejen en condiciones que mejoren el mundo. 

Ninguno solicita, excepto el mexicano, cambiar todo para imponer nuevas reglas. Como las que pretende impulsar más aún a nuestro país.

Argumentar que la desigualdad se combate atendiendo “primero a los pobres”, es no saber los fundamentos de la economía. Quienes generan dinero comparten y en gran escala por algunas naciones, para apoyar programas contra el hambre, la insalubridad, la carencia de agua, la ausencia de educación y procuran la creación de empleos. Son billones de dólares los que se destinan a fondo perdido en la búsqueda de mejores condiciones para paliar la problemática.

Datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) informó este que cerca de  mil 100 millones personas viven en una situación de pobreza multidimensional aguda en 110 países del mundo. África subsahariana es hogar de la mayor parte de ellas, con 534 millones, y el sur de Asia alberga a otros 389 millones.

En México existen 46.8 millones de pobres y los de pobreza extrema se han reducido en 1.4 por ciento en los últimos tres años, de acuerdo con el reciente informe del Coneval.

Participar con el 4.3 por ciento de habitantes en pobreza a nivel global, no es para echar las campanas al vuelo. 

Sin embargo, pareciera que la ONU, como florero y anquilosada, es la responsable de todos los males que el mundo vive.

¿Reformar qué?

Hablar en el vacío, sin propuestas, es el estilo personal de gobernar del huésped temporal de Palacio Nacional.

A quien, sin duda, le queda como “anillo al dedo”. Haberse “subido a un tabique y marearse”… mareo que sube de todo hasta convertirse en una calamidad sin cura.

E-mail: jesusmichelpm@hotmail.com, Facebook Jesus Michel, Twitter @misionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada.

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