Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Hasta hace 19 meses, justo dos días antes de la conmemoración del “Descubrimiento de América” logrado por el genovés Cristóbal Colón, el 12 de octubre 1492, el gobierno de la Ciudad de México desmontó la escultura del navegante del espacio en el que permaneció desde 1877.
“Se le harán reparaciones”, fue la versión oficial.
Sin embargo, los planes eran otros.
La fobia del presidente contra la conquista de los españoles realizada “con la cruz y la espada”, mimetizó a Claudia Sheinbaum y sin más explicaciones y con el paso de las semanas, los meses y el año, simplemente justificó que sería colocada en otra parte y la Glorieta sería ocupada por la figura de una mujer indígena conocida con el hombre de Amajac.
La figura fue hallada el primero de enero de 2021 en el estado de Veracruz y de acuerdo con la investigadora María Eugenia Maldonado Vite, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (centro Veracruz), la joven de Amajac pertenece al tiempo prehispánico y su historia es la de una mujer de élite, “posiblemente gobernante por su postura y atavíos”, dijo.
La madrugada del sábado –clásico en los gobiernos de “izquierda”-, la elitista gobernante de Tamazunchale –según cuentan en el INAH- que se ubicó avasallando al “colonialismo español” para dar “respeto a las comunidades indígenas” es una réplica. La original se encuentra en el Museo encuentra Nacional de Antropología, en la exposición “La grandeza de México”.
Diríase que “todo está requetebién”, excepto…
El rechazo enfermizo del huésped temporal de Palacio Nacional a los elitistas, clasistas, racistas y demás epítetos que terminen en tas, hace incomprensible que se optara por una figura de un personaje hasta antes de 2021 totalmente desconocido para la población. Incluso para algunos o muchos antropólogos no figuraba en sus agendas.
Parecería que mediante las acciones de marketing los investigadores ya encontraron el hilo de la madeja y han empezado a jalarlo para llegar al inicio de la historia. Ya se hizo un documental de La Joven de Amajac, cuyo nombre fue tomado por un balneario en Atotonilco el Grande, en el estado de Hidalgo en donde también hay un río.
La antigua glorieta de Colón, un sitio de referencia para millones de personas, desapareció otro punto clave que se suma a las decenas se sitios que se perdieron durante el terremoto de 1985.
Y ahora será difícil pedirle a un taxista: “lléveme a la Glorieta de Amajac”. La respuesta será: “¿What?”.
Esta glorieta fue tomada por el colectivo Atimonumenta Vivas nos queremos”, que durante la operación nocturna, casi subrepticia realizó personal de la Secretaría de Obras del gobierno de la Ciudad de México, estuvo vigilante y emitió un mensaje en su cuenta de Twitter.
En las fotografías en las que se observa la instalación de la escultura donde le llaman “la estatua fría de piedra que representa a la exjefa de gobierno –Claudia Sheinbaum-“, anunciaron que no abandonaran el espacio ganado y desde el gobierno capitalino les concedieron la permanencia, porque, dijeron, no se contraponen.
Por lo pronto, la raza indígena derrotó a la española.
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