Una de cal y Muchas de Arena

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Con motivo de lo publicado ayer en este espacio, algunos lectores de Misión Política en su portal www.misionpolitica.com, hicieron el favor de leer y comentar, añadiendo nuevas informaciones.

Antonio envía correo: Ayer (30 de abril) en la autopista de regreso a casa, cerca de la caseta de Palo Blanco, de Acapulco a CDMX, inesperadamente de una curva nos salió un coche de frente, en sentido contrario, mi hija, con su habilidad característica, se pasó entre la barra de contención y el auto, la camioneta quedó toda aboyada, del lado derecho, con un rin roto. Los cuatro, salimos bien librados. Más adelante la Guardia Nacional atrapó al tipo y lo llevó donde estábamos. Estaba perdido de borracho. Se acomidieron unos jóvenes a cambiar la llanta, con baja velocidad por la refacción, llegamos a casa. Damos gracias a Dios. En un momento la vida puede dar un giro.

Otro mensaje proviene de José Luis y comenta:

“Una verdadera desgracia que Acapulco esté en manos de los criminales. Hace una década acudíamos un grupo de amigos para divertirnos, ir a los antros y rematar en las discos, Bebíamos, sí, pero lo hacíamos porque confiábamos en la seguridad, Sí, los “polis” clavaban la uña, pero nos conducían a nuestro hotel. Hoy ya no hay discos a las que puedas ir sin temor de ser rafagueado. Algo tienen que hacer las autoridades. Y de la Guardia Nacional, ni sus luces cuando ocurren las balaceras”.

Uno más, enviado por Maricela, dice:

“Acapulco, me cuentan mis padres, era la joya de la diversión. Sus playas limpias, los restaurantes elegantes y de todos precios, tiendas de ropa para el calor y excelentes bares y discos. Baby O era mi preferida. Regresé al puerto después de una década. Y me voy para no volver. La inseguridad, las extorsiones, los secuestros, los tipos armados, camionetas y autos sin placas y ni la Marina, ni la Guardia Nacional ni la Policía municipal los detienen”.

Gracias por los mensajes.

Sin pretender acusar, porque no somos ministerios públicos solamente periodistas, pero las informaciones publicadas en la prensa local de la época -2002-2008- revelan que la presencia de los narcotraficantes comenzó a expandirse y los alcaldes que presidieron el Puerto fueron incapaces de frenarlos.

Misael Habana de los Santos, corresponsal de La Jornada, envió la siguiente información el 20 de abril de 2006:

Acapulco, Gro., 20 de abril. Las cabezas de un comandante y un oficial de la Policía Preventiva Municipal (PPM) de Acapulco, que el miércoles fueron levantados, aparecieron la madrugada de hoy clavadas en una reja metálica de un muro de la coordinación administrativa Costa Chica y Costa Grande de la Secretaría de Finanzas del gobierno de Guerrero, con la leyenda «Para que aprendan a respetar».

“Las víctimas participaron el 27 de enero en el enfrentamiento a balazos con presuntos narcotraficantes ocurrido en la colonia La Garita, donde murieron cuatro sicarios integrantes de la banda Los Pelones, presuntamente al servicio del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán Loera”.

De ahí para adelante se han encontrado decenas de cuerpos decapitados, lo que indican claramente que se trata de ejecuciones entre criminales.

Se habla, sin que existan denuncias ante las autoridades, que desde los delegados de la entonces Procuraduría General de la República, pasando por la Procuraduría Estatal y las secretarías de Seguridad Pública más las corporaciones tuvieron conocimiento de la presencia de los narcos y dejaron que hicieran de las suyas.

Hoy, Acapulco, para quienes lo conocimos desde hace décadas, dejó de ser atractivo. Nada de lo que ofrece supera el temor de llegar, pero no regresar.

Acapulco dejó de ser la ciudad de las luces, la diversión y la bronceada de piel.

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, jesusmichelnarvaez266@gmail.com, Facebook Jesus Michel, Twitter @msionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada.

 

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