Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
¡Es pecado capital!
¡Es inmoral!
¡Es fifí!
Y súmele adjetivos y calificativos. Los que quiera. Solamente para encontrar cómo reírse este día de la “marcha del desagravio 2.0”
Sí, hacer público que Lorenzo Córdova Vianello se “llevará de liquidación 1 un millón 950 mil pesos” por 9 años de trabajo, es admitir que los servidores públicos ganan lo mismo que el presidente de la “austeridad franciscana”.
Conforme a la ley, cualquier servidor público que termina su gestión tiene derecho a 3 meses y 20 días por año. Si Córdova trabajo 9 años le corresponden 180 días más 90. En total 270 días de salario.
El presidente de la República recibe solamente en diciembre poco más de 200 mil pesos. Salario, aguinaldo y vacaciones. Al término de su gestión, por ley, aunque no se aplique con él porque le darán más, le tendrán que liquidar con 120 días, por seis años de cobrar sin trabajar, más 90 de los tres meses correspondientes a su liquidación. Recibirá, aculando prestación, fondo de ahorro, vacaciones y aguinaldo ¡2 millones 400 mil pesos!
¡Qué escándalo!
Mirar la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio, es como aplicar elogio en boca propia es vituperio.
La inmoralidad no es de los otros. Es de quien encabeza el Poder Ejecutivo, quien como se lo he presentado en diferentes espacios, es el (in)servidor público que más gana. Falso que gane menos que los “fifís” que se ampararon y siguen cobrando salarios superiores a los que él recibe.
Acusa que los consejeros del INE, los ministros de la Corte, la gobernadora y subgobernadores, comisionados de órganos autónomos constitucionales, tienen telefonía celular, autos, choferees, viáticos y ¡gastos de seguros médicos privados!
Un recuento de lo que no informa: no paga renta por vivir en un edificio que no es del Gobierno sino de la Nación; predial, agua, energía eléctrica, alimentos, servidumbre, gasolinas, autos, comidas, telefonía, limpieza de zapatos, lavado y planchado de ropa, televisión de paga, adquisición de trajes, camisas y corbatas, por señalar algunos servicios, le son proporcionados con cargo al erario federal.
Sumar lo que representa la renta del Palacio Nacional a sus ingresos como (in)servidor público, rebasa y con creces lo que gana un ministro, un consejero electoral, un comisionado de órganos autónomos.
Y si alguien tiene “servicio VIP en atención médica tiene nombre y apellido: Andrés Manuel López que incluye a sus hijos, medicamentos de alto costo y muy probablemente inexistente en el danés sector salud. El Hospital Central Militar está equipado como ningún otro en el país y es tercer nivel con especialistas no solo domésticos sino importados. (Probablemente hasta cubanos trabajen ahí para atenderlo junto con su familia)
Ser mezquino, es su divisa. Vivir con y para el odio y rencor, su satisfacción. Dividir para vencer, aunque salga derrotado.
Ventanear a medio mundo, acusar sin pruebas, con la verborrea matinal, solamente ha confirmado lo que siempre se sospechó.
Es rabanito: rojo por fuera y blanco por dentro. Racista, clasista, fifí, en síntesis.
¿Quién le paga el coctel de medicamentos que dice ingerir todos los días?
¡El pueblo malo!, porque el bueno no tiene para adquirir genéricos, que ya es decir.
De verdad: ¡Qué escándalo!
Por cierto, hoy es la marcha del desagravio.
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